Fueron los encargados de poner el broche de oro a la San Martiño 2022. A eso de las 13:40 horas tomaba la salida la carrera inclusiva de la decana de las pruebas populares gallegas. Porque precisamente en su carácter popular está el secreto del éxito. Que todo aquel que quiera correr y participar de la fiesta lo pueda hacer sin importar edad o condición. Algo que arrancó en la edición del año 2018 y que ya nadie discute. Personas con discapacidad, acompañantes o incluso niños y niñas muy nacidos del 2015 en adelante y de la mano de sus familiares pudieron disfrutar de un recorrido de 1,4 kilómetros por parte de los lugares más representativos de la prueba y cruzaron la línea de meta con la satisfacción del trabajo bien hecho. Un afán de superación que no tiene barreras.
Con una notable participación y un todavía mejor ambiente, la carrera inclusiva dejó muy claro que es una gran idea. Tiene un componente familiar muy grande. Los pequeños que miran con cierta envidia a los mayores pueden así saltar al “ruedo” y empezar a tener contacto con la San Martiño. Y por supuesto los aficionados al deporte con movilidad reducida o alguna discapacidad, que participan con la ilusión por bandera y cuentan los días para que llegue la siguiente edición. La pandemia les había dejado sin presencia en las dos últimas ediciones y era el momento de ajustar cuentas por las calles de la ciudad.
Los últimos serán los primeros, que sentencia el dicho. Y es que la última prueba de la jornada atlética se situó muy arriba. El año que viene tiempo para más y, probablemente, mejor.
