'Veo al CDO mal, muy mal, yo le quiero tanto como cualquiera, pero no soy nada optimista de cara al futuro'

Toda una vida dedicada al Ourense

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Conversar con Manolecho Cabaleiro es un lujazo. Es de ese tipo de personas que te enriquece escuchar y con la que además puedes estar horas y horas con él que ya se encarga de que no te aburras. Desde la madurez que le dan sus 70 'abriles' oírle hablar del Ourense, donde empezó con 24 años, es un privilegio. A un hombre que superó un infarto, y que pasó más de 70 horas con una bomba adosada a su cuerpo, ya no hay nada que le sorprenda. No cambia el semblante, siempre de buen humor y siempre una sonrisa en la cara.
Así que con 24 años ya empezó en el mundo del fútbol.
Sí, fui algo precoz, como directivo con Florencio Álvarez, después un año como médico con Docabo y tras tres de paréntesis volví con Bermello y hasta la época de Quino Muñoz ya siempre como médico del equipo.

De usted si que se puede decir que lleva el equipo en el corazón.
Sin duda...(risas), yo que creía que tenía un corazón a prueba de bomba, pero el Ourense me demostró que no. A la vuelta de Jaén donde ascendimos a Segunda, me dio un infarto y ya no pude estar en el partido de vuelta, pedí permiso y lo escuche en la UCI por la radio. Menos mal que el ascenso no se jugaba en O Couto, si no no lo habría podido soportar por suerte sólo fue un buen susto'.

¿Y cómo fue lo de la bomba?
Fue en el año 78, me secuestraron, me llevaron al hotel San Martín me pusieron una bomba adosada al pecho y me dieron 90 horas para entregarle 10 millones de pesetas o la bomba estallaba. Además habían muerto dos empresarios en Barcelona, Bulto y Viola.

¿Y que se le pasa a uno por la cabeza?
Pues intentar salvar la vida. Me fui para casa y nadie sabía nada, sólo mi mujer. Entonces no había móviles y el contacto con el secuestrador era en el teléfono de casa. Gracias a varios amigos reuní el dinero y me fui para Vigo, que era donde tenía que hacer la entrega. En la playa de Samil dejé los millones pero volví con la bomba, que después me quitaron unos artificieros en Reza. Después de sacármela al intentar abrirla estalló. Nunca más volví saber más nada.

Bueno, volvamos al fútbol, en tantos años tendrá muchos recuerdos, dígame los mejores y los peores que recuerde.
Sin duda que los mejores son los ascensos y la convivencia con gente joven, eso me ayudó siempre mucho. El peor fue la muerte de Lito, eso fue tremendo, un golpe demasiado duro.

Y con los cientos de jugadores que pasaron por sus manos, ¿con cuáles se queda?
Uff, hubo tantos...Preciado, era un gran jugador y mejor persona, era un líder, se le veía. También Manolo Tomé, Ochoa, Montenegro, Pataco y ya más recientes José Luis, Quecho, Nolis, Nando, Bericat, Mugüerza... ya le digo, muchos.

¿Y entrenadores?
Nando Yosu, me parecía un gran entrenador, o Teixido de la época de los tándem con Vilachá y Fuertes, era muy listo y muy imaginativo. En el lado opuesto estarían Hernández Fuertes, que era un crack, o Naya.

¿Y el mejor presidente?
Sin duda Manolo Rois, es el más completo, el presidente de presidentes, casi siempre sabía lo que tenía que hacer. Además era muy curioso, con lo espléndido que es a nivel personal era un tacaño cuando negociaba para el club.

Tampoco me quiero olvidar de sus peleas con los árbitros.
Lo primero que tiene que hacer un médico en un campo es atender a los jugadores, y muchas veces no lo entendí. Además si expulsan al médico dejan a los equipos sin asistencia, no lo entiendo. Que te sancionen después al acabar y ya durante la semana el equipo le pondrá solución.

¿Y cómo ve el club a día de hoy?
Deportivamente lo veo bien, pero a nivel económico mal, muy mal. No soy nada optimista con respecto al futuro. Yo le quiero tanto o más al club como cualquiera, pero cuando estás en estado terminal hay que ponerle solución. Con todo el dolor del corazón igual hay que empezar de cero. Además hay que desterrar el minifundio futbolístico que hay en esta ciudad y trabajar todos unidos.
Es Manolecho, genio y figura

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