El Allariz no se detiene y sigue su pelea por el ascenso después de vencer en un partido en el que hubo cuatro expulsados

Un triunfo con final caliente

El delantero alaricano Beto intenta marcharse de la marca del lateral del Polígono Noé. (Foto: M. PINAL)
El Allariz no se rinde y en un campo siempre complicado como el de San Cibrao alcanzó una de esas victorias que pueden ser decisivas a la hora de un ascenso.
El Polígono quería asegurarse matemáticamente la permanencia y por eso no le temió a su rival y se fue con decisión hacia la portería contraria, pero no encontró los caminos más idóneos para superar a Aarón.

Un mal despeje de Alberto pudo haber colocado a los alaricanos por delante. El balón cayó en las botas de Juan Gallego, que desde lejos estuvo a punto de colocar el 0-1, pero el balón acabó ante el retroceso desperado del guardameta industrial pegando en la parte posterior de su portería.

En la segunda parte se mantuvo la misma tónica, aunque el Polígono buscó más con la entrada de Aguilar y los desbordes de Ángel. El gol no llegaba y el empate parecía cosa juzgada. Sin embargo, a partir del tanto de Sergio, que empujó el balón sobre la misma línea en una acción embarullada, la temperatura del partido se fue elevando, mucho más después de una agresión de Aguilar sobre Juan Gallego que acabaría con invasión momentánea de algunos aficionados visitantes y la posterior expulsión de ambos delanteros.

Fue ése el lunar que tuvo un encuentro en el que los porteros no tuvieron que emplearse a fondo y en el que el equipo de Sotelo se llevó un premio gordo cuando no había rematado entre los tres palos. El Polígono hizo el desgaste, pero no estuvo fino en los metros finales.

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