TERCERA DIVISIÓN

El Verín vive la dureza del fútbol

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photo_camera El defensa del Verín, Saúl Castro disputa una pelota de cabeza con un jugador del Ribadumia.

Un gol en propia puerta del portero Piollo cuando ya discurría el minuto 93 privó a los de Iván González de una victoria ante el asequible Ribadumia

El Verín terminó empatando a un gol ante el Ribadumia, en un partido en el que los locales vivieron la crueldad del fútbol al ver como el portero Piollo, en el minuto 93, marcaba el gol del empate en su portería en una acción que estuvomarcada por la mala suerte.

Los locales, que jugaron uno de los mejores partidos de la temporada, gozaron de oportunidades más que suficientes para haberse llevado los tres puntos, pero unas veces las intervenciones del portero visitante Javi Sánchez y en otras la falta de acierto, le privaron de una victoria que más que nunca merecieron, por juego y ocasiones.

Y es que desde el principio, quedó claro que el Verín era superior a un Ribadumia al que, le quedan algunos jugadores con pedigrí en Tercera división, pero que en esta ocasión no lo demostraron. Las primeras ocasiones, como es habitual fueron de Iago Beceiro. Avisó con un disparo que se fue fuera por poco, en la segunda el meta Javi Sánchez evitó con un paradón el tanto del coruñés, pero a la tercera fue la vencida. Cazó un rechace defensivo y con un tiro cruzado hizo el 1-0, justo antes del descanso.

En la segunda parte, todavía fue mayor la superioridad de los locales, pero el 2-0 no quiso llegar. Marcones remató a bocajarro un centro que evitó de nuevo el meta visitante, el defensa Miguel sacó cuando se colaba un disparo de Samuel Rúa sin portero, y entre el meta y el defensa Arán, evitaron el gol de David Ginzo de cabeza a la salida de un saque de esquina.

Dice un dicho del fútbol que el que perdona lo acaba pagando. Y se cumplió, vaya si se cumplió. Minuto 93, saque de esquina visitante que lo intenta despejar de cabeza Rubén Lamelas, pero la pelota salió desviada al poste de la portería local y Piollo, que se había lanzado a intentar despejar vio como le daba en la espalda y se colaba en su propia portería. Demasiado castigo, pero así es el fútbol.

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