El británico se adjudicó la última etapa con llegada al sprint antes de afrontar las etapas de los Pirineos

Cavendish, a lo suyo

Mark Cavendish celebra su tercera victoria en la presente edición del Tour de Francia (Foto: IAN LANGSDON)
El británico Mark Cavendish aprovechó la última oportunidad de los sprinters antes de los Pirineos para imponerse en la undécima etapa del Tour, en la que el francés Thomas Voeckler conservó el maillot amarillo y los favoritos pasaron el día con la mente puesta en Luz Ardiden.
Cavendish, en medio del diluvio, vio repetida la victoria en la pantalla gigante de meta. Se recreó junto a sus compañeros del HTC mientras comprobaba que había ganado por más de una bicicleta de ventaja. Con el primer puesto en la etapa también se enfundó el maillot verde, otro de sus objetivos en el Tour. Como lo es para el español José Joaquín Rojas (Movistar), séptimo en meta y a 16 puntos del británico en la clasificación de la regularidad.
Una etapa sin dificultades, previa a los Pirineos, donde espera el primer final en alto, en la cima de Luz Ardiden. Jornada escrita para los velocistas, que apenas tendrán dos opciones más, en las etapas de Montepellier y París.

Mientras la escapada alimentaba sus ilusiones y el HTC conducía el pelotón para anularla, los favoritos se escondieron en posiciones seguras, tratando de aplicar la ley del mínimo esfuerzo, con la mente en la montaña, donde ya cada uno deberá enseñar sus cartas. La alta jerarquía llegará a la cita en un pañuelo de minuto y medio. Y el francés Voeckler feliz por vestir de amarillo un día más, seguido por Luis León Sánchez a 1.49.

Alberto Contador se mostró contento con la respuesta de su controvertida rodilla derecha, inflamada desde la caída de la quinta etapa, pero ante la batalla prevista en Luz Ardiden prefirió mostrar cautela. 'Estoy mejor, pero habrá que ver como responde durante la etapa, y luego tomaré una decisión en el último puerto', dijo.

De nuevo en el podio, Cavendish celebró el hecho de haberse vestido con el maillot verde. 'Es el maillot más especial y voy a tratar de conservarlo hasta París', dijo. Ahora le tocará sufrir en la montaña y tratar de no llegar fuera de control. En el Giro de Italia fue acusado por Fran Ventoso de haber subido el Etna agarrado a un coche. Sabe que por unas cosas u otras va a estar en el punto de mira. Es Mark Cavendish, el 'bad boy' (chico malo) del pelotón.

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