Un COB acostumbrado al riesgo gana por fin un partido ajustado

Saltándose el guión, así llego la primera victoria del COB en el Pazo. Empezó mal, faltal, garrafal. Huérfano de sus mejores referentes en ataque tanto en el perímetro como en el juego interior. Siendo dominado en la zona y teniendo que soportar pitos del público.
Todo al revés. Insuficiente para acabar con la resistencia de un equipo al que su entrenador le achaca falta de confianza, pero que lo suple con un corazón a prueba de bombas.

Y es que el COB sacó adelante su primera ’final’ de la temporada con el corazón. 17 abajo llegaron a estar en la primera mitad. Zach Williams desconocido, Schaper confirmando su mal momento y Primc reacio a tirar. Salsón tomó el protagonismo a falta de otros apoyos. El madrileño estuvo pletórico de acierto y valiente asumiendo responsabilidades. Alberto Gómez aportó las ideas. El ourensano dio un puñetazo en la mesa y demostró el porqué está en la categoría. Entre los dos mostraron el camino y Ros se sumó a la fiesta.

Garrido, Barceló y Espuña apuraron las opciones de un Tarragona ya herido de muerte, sin ideas ni fuerzas, pero al que tardó en llegarle es descabello. Eloy Doce puso la última estocada. Sacó a Primc, que había empezado a anotar, y metió a Schaper. El americano no aporta casi nada pero al menos tiene kilos para soportar a sus pares. Bastó para taponar la grieta del rebote defensivo y culminar la faena. Sin brillo pero con mérito, mucho, sacó el COB el partido.

El banquillo. Dos iguales para hoy. En el duelo de banquillos pírricos el COB salió vencedor. Eloy Doce tiene poco para elegir en sus rotaciones pero Esteban Albert aún tiene menos, nada.

Las ideas. Empezó loco el partido pero el COB supo poco a poco llevarlo a donde le interesaba. Tarragona acabó tirando de individualismo como único recurso. El COB tuvo orden y lucidez.

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