Corrales quiere el bronce

Con la vista puesta en el bronce, que sería el cuarto para la selección española de balonmano tras aquel pretérito de 1996 que inauguró una colección a la que siguieron los de 2000 y 2008. Busca el póker un conjunto español de balonmano que rindió de forma excepcional en los dos últimos ciclos olímpicos, pero que en 2016 se quedó fuera de Río en el preolímpico en su mayor tropiezo de la década y desea cerrar en Tokio un ciclo de éxito con la presea que falta en el casillero de la generación en la que brilla el portero cangués Rodrigo Corrales. Además, en caso de continuar la habitual alternancia en la portería, saldrá hoy como titular. 

En el caso de España, el fin de ciclo no es un único slogan. Es una realidad por la retirada del capitán Rául Entrerríos y las probables de otros como Antonio García, Gedeón Guardiala, Julen Aginagalde o Viran Morros, el especialista defensivo, que se lesionó en estos Juegos y que añoran Jordi Ribera y sus compañeros. Su ausencia lastra la defensa y también el ataque porque obliga a más cambios y variantes tácticas de las necesarias con él en la pista.  Y, ante la joven y talentosa selección de Egipto, España necesita todo su potencial. 

"Tiene mucho nivel, gente muy joven que ganó el Mundial juvenil hace un par de años. Es un equipo bueno, con jugadores jóvenes y físicamente bueno. Con un entrenador que trabaja muy bien y con mucha disciplina. Con Roberto García Parrondo es un equipo todavía más peligroso y son semifinalistas olímpicos por primera vez", destacó el cangués Corrales sobre el rival.

"Aunque es duro de encajar, el bronce que hay en juego reflejaría el trabajo que llevamos y sería acabar en lo alto. Con factores como la retirada de Raúl, brindarle ese homenaje. Hay que ir a coger esta medalla porque no sabes si se podrá repetir", manifestó el cancerbero morracense.

Eso sí, reiteró la dureza de perder el billete a la final olímpica. "Después de una derrota siempre es duro, teníamos expectativas de conseguir la final y con aires de revancha contra Dinamarca, que nos apeó de la final del Mundial. Teníamos ganas de demostrar que podíamos hacerlo mejor. Pero el rival hizo un gran partido", reconoció Rodrigo Corrales.

Se enfrentan ahora a una Egipto mejorada, entrenada por el español Roberto Parrondo. "Entiendo que el proyecto de Egipto empieza a recoger sus frutos, en su Mundial fueron cuartos. Ahora a Francia también les dieron problemas. Esperamos un partido muy duro", auguró. Tendrá que denfender bien España, de forma solidaria, y estar muy acertado Corrales ante una escuadra con un lanzamiento exterior notable. Bajar el ritmo africano y aprovechar sus pérdidas será clave.