Sueños de Olimpia

EE.UU. y China, la diplomacia del ping-pong

Zuhang Zedong y Glenn Cowen estrechan sus manos durante el Mundial de 1971.
photo_camera Zuhang Zedong y Glenn Cowen estrechan sus manos durante el Mundial de 1971.

Este año se cumple el 50 aniversario de uno de los momentos más famosos de la relación entre el deporte y la política. Más en concreto del uso del deporte como arma política.

Sucedió en 1971 y se bautizó como 'la diplomacia del ping-pong'. El tenis de mesa fue la excusa para el acercamiento entre dos naciones, enemigas desde la guerra de Corea (1953).

En 1969, un conflicto fronterizo entre China y la URSS precipitó la decisión del dictador Mao Zedong de aliarse con el ogro capitalista. los Estados Unidos.

Ambas partes estaban de acuerdo, pero ¿cómo venderlo? El secretario de estado americano Henry Kissinger y el ministro chino Zhou Enlai pactaron el guión del deshielo.

En enero de 1971 se disputó el Mundial de tenis de mesa en Nagoya (Japón). Allí coincidieron las selecciones de ambos países.

Casualmente, el jugador estadounidense Glenn Cowen perdió un día su autobús tras una sesión de entrenamiento. Casualmente, su colega Liang Geliang le invitó a subir al autocar chino, algo impensable en condiciones normales.

Otro compañero, Zhuang Zedong, le obsequió con un retrato de seda, gesto que Cowen después correspondió con una camiseta de lema pacifista.

La foto de ambos fue un impacto mundial. El deporte unía a dos enemigos. China invitó entonces a la selección estadounidense a una gira de 10 días recorriendo el país y disputando partidos amistosos, en abril de 1971. Una experiencia alucinante para Cowen y sus compañeros.

Entre partido y partido, los políticos cimentaron el terreno para la histórica foto del encuentro entre Richard Nixon y Mao Zedong, en abril de 1972.

Dos enemigos, reconciliados "gracias al deporte". Diplomacia del ping-pong. 

A veces héroes otras rehenes del comunismo

Ivor Montagu, aristócrata inglés, productor de Hitchcock y espía soviético en la II Guerra Mundial, ideó la expansión comunista china a través del ping-pong.

Montagu, fanático admirador de Stalin, propuso este deporte como idóneo para las masas. "Pueden jugar sin salir de la fábrica".

Mao lo impuso por decreto deporte nacional, en 1950. La selección pasó a ser su arma política y sus jugadores, los rehenes.

En 1961, durante la época conocida como 'la gran hambruna', con aproximadamente 36 millones de muertos, el dictador aprovechó la disputa del Mundial de Pekín y los éxitos como el opio para acallar las protestas y la miseria.

La selección también fue clave en la 'diplomacia del ping-pong', liderados por el tres veces campeón mundial, Zhuang Zedong, el 'favorito' de Jiang Qing, la siniestra esposa de Mao.

Pero los jugadores podían pasar de héroes a enemigos del pueblo. Durante la terrorífica 'Revolución cultural' (1966-76) impulsada por el propio Mao como purga interna, varios fueron acusados, con o sin pruebas, de "traición".

Los detuvieron, torturaron y humillaron de forma pública. Al primer campeón mundial, Rong Guotuan lo encontraron ahorcado. Fu Qijang y Jiang Yougning se suicidaron, incapaces de soportar la presión y el escarnio.

El propio Zhuang Zedong, tras la muerte de Mao, fue encarcelado y torturado por la oposición, acusado de portar un reloj suizo. Años después fue rehabilitado y recopiló sus vivencias en dos libros.

Zedong entabló una buena amistad con Cowen durante 'la diplomacia'. El estadounidense falleció en 2004. Zedong lo recordó hasta su muerte, en 2013. Lo que forjó el deporte nunca se pudo separar. Ni por una Gran Muralla.

CITIUS, ALTIUS, FORTIUS | Mao, Taiwán y el COI, guerra y paz

Si la Historia de la humanidad es una película de terror y sangre, la de China pertenece al género 'gore'. Mao Zedong (1893-1976) está considerado el mayor genocida del siglo XX, con cálculos cercanos a los 78 millones de víctimas bajo su dictadura comunista. En 1954, cuatro años después de una guerra civil que desangró al país, el Comité Olímpico Internacional reconoció al de la China Popular pero manteniendo al Comité de China Taipei (Taiwán) donde se refugiaban los perdedores de la guerra. Mao, enfurecido, retiró a su país del COI en 1958, condenando al ostracismo a una generación de deportistas. Sólo a su muerte, el Partido Comunista del sucesor Hua Guofeng, accedió a reintegrarse en 1979. China declinó participar en los Juegos de Moscú de 1980 y regresó en los de invierno de Lake Placid (Estados Unidos). Consolidada como potencia mundial y deportiva, en 2008 compró y organizó los Juegos. Hoy sigue acorralando política y económicamente a Taiwán, a quien sólo consideran como la verdadera China 15 países en el planeta.

Ver o leer | Salvados, o no

¿Evitó la 'diplomacia del ping-pong' la tercera guerra mundial? Posiblemente propició un mundo más estable y una gran amistad. Este documental, premiado en el Festival de Oregon de 2013, explica todo lo sucedido con atención a la relación entre dos personalidades en apariencia opuestas, la del 'hippie' estadounidense Glenn Cowen y la del ortodoxo chino Zhuang Zedong. Unidos por exigencias políticas, amigos tras 10 días de gira inolvidable, la relación recuerda a Jesse Owens y Luzt Long durante los Juegos de 1936.

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