El británico Andy Murray logró de una tacada tres efectos demoledores al vencer al español David Ferrer por 7-5 y 6-4 después de casi dos horas, conseguir en Shanghái el quinto título de la temporada, tercero consecutivo, defendiendo con éxito el que logró el año pasado, y superar al suizo Roger Federer en el tercer puesto de la clasificación.
La gira asiática ha resultado tremendamente productiva para Murray, ganador de los torneos de Bangkok, Pekín y Shanghái, sumando en la capital financiera china la decimoquinta victoria consecutiva, el título número 21 de su carrera, y el octavo Masters 1.000. El de Dublane ha ganado todas las finales que ha disputado de esta categoría, excepto la de Indian Wells en 2009, en la que cayó ante Nadal.
'He corrido mucho pero era imposible ganar a Andy', dijo Ferrer. 'Felicidades porque es un gran jugador y una gran persona', añadió el alicantino.
El partido fue más igualado que las semifinales de Tokio la semana pasada (Murray ganó allí 6-2 y 6-3), pero terminó inclinándose hacia el lado del escocés, que ha ganado las cinco veces que se han enfrentado en pista dura, con un balance general de 5-3. Ferrer le ha vencido en los otros tres, pero en tierra batida.
La lucha se desencadenó desde el primer momento con larguísimos intercambios desde el fondo de la pista y con una rotura inicial por cada bando. El sueño de ganar su primer Masters 1.000 en su tercer intento llevó a Ferrer a correr todo lo que su cuerpo aguantó, porque su saque, muy eficaz en los partidos anteriores, no le ayudó esta vez, cometiendo cuatro dobles faltas y entregándolo en cuatro ocasiones.
LA SEGUNDA MANGA
El segundo set comenzó de forma idéntica que el primero, pero Ferrer cedió su servicio además en el tercer juego, y ahí Murray desbordó su juego con brillantes puntos y jugando con más libertad de acción que Ferrer, algo obligado por la situación.
'He corrido mucho pero era imposible ganar a Andy', dijo Ferrer. 'Felicidades porque es un gran jugador y una gran persona', añadió el alicantino.
El partido fue más igualado que las semifinales de Tokio la semana pasada (Murray ganó allí 6-2 y 6-3), pero terminó inclinándose hacia el lado del escocés, que ha ganado las cinco veces que se han enfrentado en pista dura, con un balance general de 5-3. Ferrer le ha vencido en los otros tres, pero en tierra batida.
La lucha se desencadenó desde el primer momento con larguísimos intercambios desde el fondo de la pista y con una rotura inicial por cada bando. El sueño de ganar su primer Masters 1.000 en su tercer intento llevó a Ferrer a correr todo lo que su cuerpo aguantó, porque su saque, muy eficaz en los partidos anteriores, no le ayudó esta vez, cometiendo cuatro dobles faltas y entregándolo en cuatro ocasiones.
LA SEGUNDA MANGA
El segundo set comenzó de forma idéntica que el primero, pero Ferrer cedió su servicio además en el tercer juego, y ahí Murray desbordó su juego con brillantes puntos y jugando con más libertad de acción que Ferrer, algo obligado por la situación.
