Llegó al Ajax y pronto se adueño de las miradas. Del fútbol también, el balón rodaba, el pensaba y el público aplaudía un binomio que revolucionaría el deporte rey.
Enigmático en los despachos como tendencioso en las rueda de prensa y en la vida política, Johan Cruiff no pasaba desapercibido en ninguna de sus experiencias. Su vida es una continua proyección al estrellato y a la consolidación de que el fútbol es un deporte técnico, virtuoso y para magos del balón. Él lo era, por eso sus dogmas estaban claros: tu piensa y que el balón ruede.
En su carrera como jugador demostró que gambetear era fácil, sencillo y muy poético. Tanta poesía se convirtió en una transfusión de conocimientos holandeses a la sangre blaugrana. Esa poesía balompédica ha hecho que el FC Barcelona tenga un guión perfecto. Una introducción en la que la pelota es la base de la película para que el nudo cante los goles y el desenlace sea el mismo desde hace más de una década: títulos.
La pausa. El holandés tenía esa parada mental y fisiológica que permitía pensar con rapidez cuál era la mejor jugada. Conducción con dos piernas, recorto, me paro, pienso y salgo por el lado más débil del defensor.
"Cruyff ha puesto los instrumentos para modelar mi carrera y también a este club. Como jugador, trajo al club a la vida en los 70. Más tarde, como entrenador hizo lo mismo", comentaba Guardiola en una entrevista sobre el holandés y el club blaugrana . Y es que "El Flaco" revolucionó el fútbol incorporando movimientos tácticos y consignas a sus futbolistas. De todos esos conocimietnos emanados de su pasión balompédica, nació el Dream Team con el que el Barcelona logró su primera Copa de Europa con aquella falta de Koeman. No sólo deja títulos e ideas futbolísticas, sino que como todo bien profesor ha dejado su legado a un pupilo. Un aventajado estudiante que ha recopilado y se ha documentado de toda la sabiduría del holandés y que está marcando una época en el fútbol moderno. Porque si Cruyff modernizó el fútbol, Guardiola lo ha hecho contemporáneo. Un entrenador que fiel a la idea de lealtad del balón suma contratos y títulos -además de idiomas- allí donde aterriza.
"El Flaco" deja goles, jugadas y pases para la historia que se pueden encontrar en la nube. Además, de anécdotas, experiencias, polémicas y broncas -que las tiene-. Pero si de algo el mundo del fútbol tiene que agradecer al holandés es la idea de que al fútbol se juega con el balón rodando por el césped. Los mejores equipos del mundo, los más humildes, los más adinerados, en resumen, todos los equipos de fútbol quieren que sus futbolistas pequeños, jóvenes, adolescentes, junior o profesionales tengan un trato del balón cuidado y lisonjero. Que deleite al espectador, porque al fin al cabo el fin del fútbol es marcar goles para que salten de alegría los tuyos. La herencia de Cruyff se ha transmitido y ha alcanzado el clímax con el sextete del Barcelona y el gol de Iniesta para dar a España su primera Copa del Mundo. El legado del Cruyff es el legado del fútbol, de un modelo pionero balompédico que sienta las bases para el fútbol moderno.
"Los entrenadores hablan sobre el movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. ". Johan Cruyff.
