Pedro, el goleador inesperado

El delantero del FC Barcelona Pedro Rodríguez celebra un gol.
A Pedro Rodríguez Ledesma (Santa Cruz de Tenerife, 28-7-87), el extremo del Barcelona, le correspondía dar este año un salto de calidad para instalarse con comodidad en el primer equipo, y el futbolista canario lo está logrando a base de goles, una faceta inesperada incluso para el cuerpo técnico del Barca.
Con ocho goles en cinco competiciones (Supercopa de España y de Europa, Liga de Campeones, Copa del Rey y Liga), Pedro es ya el segundo máximo goleador del equipo junto a Ibrahimovic. Sólo le supera Messi, con diez goles.

Pedro se ha convertido ya en el cuarto delantero del equipo y para algunos, está en disposición de discutirle el puesto a Henry como extremo, ya sea por la banda derecha o por la izquierda. En ambos costado se desenvuelve con naturalidad.

No sorprende, en cambio, su facilidad para encarar ni para ejecutar las labores que teóricamente se le atribuyen a un extremo (rapidez, desborde, visión de juego, capacidad para trazar diagonales) sino su olfato goleador. No se trata de un jugador concebido para golear, pero sus cifras se empeñan en demostrar lo contrario.

Además de ser el único jugador que ha marcado en todas las competiciones (si lo logra en el Mundial de clubes hará historia, al marcar en seis torneos a lo largo de una sola temporada), Pedro exprime con goles sus minutos de juego.

En total, ha disputado 860 minutos: 506 en Liga, 115 en Champions, 94 en la Copa del Rey, 41 en la Supercopa europea y 104 en la Supercopa española. Su promedio anotador (un gol cada 107 minutos de juego) es propio de un delantero centro y supera incluso al del 'nueve' azulgrana, Zlatan Ibrahimovic, con ocho goles en 1.264 minutos (un gol cada 158 minutos).

Su bagaje goleador parece retratar a un jugador de amplia trayectoria, pero la carrera deportiva de Pedro apenas comienza: de hecho, logró su primer gol oficial esta misma temporada, en la ida de la Supercopa de España, y unos días después, mediado el mes de agosto, firmó su primer contrato profesional, hasta 2014 y con una cláusula de 75 millones de euros.

Existen argumentos para atribuir la paternidad deportiva de Pedro a Josep Guardiola. Cuando el actual técnico del primer equipo asumió el cargo del filial, hace dos temporadas, Pedro, entonces Pedrito, actuaba en el Juvenil, con el que ganó la Liga y la Copa en 2005.

Sin embargo, los informes que recibió Guardiola sobre Pedrito no eran demasiado favorables. 'Es disperso y rinde más en los entrenamientos que en los partidos. Difícilmente alcanzará el nivel necesario para jugar en el Barca Atletic', rezaba la documentación que se le entregó a Guardiola.

Pero el entrenador, prendado del atrevimiento del jugador canario, le hizo un hueco en el filial. El resultado es conocido: el Barcelona Atletic subió a Segunda B, con una notable presencia de Pedrito. Entonces, el canario ya había debutado en Primera, ante el Murcia, con Frank Rijkaard como entrenador del Barca, un estreno meramente anecdótico en la máxima categoría cuando el entrenador holandés ya apuraba sus últimos días en el banquillo.

Pedrito había llegado cuatro años antes a La Masía. En 2004 dejó la isla de Tenerife para aterrizar en Barcelona, apadrinado por Josep Colomer, entonces responsable de la cantera y posteriormente apartado, supuestamente debido a sus vínculos con el ex vicepresidente Sandro Rosell.

Atrás dejó su club de toda la vida, el Raqui San Isidro, y con él, un botín que finalmente ha acabado por aliviar los problemas económicos del modesto club canario, que ya ha recibido los 300.000 euros que había pactado con el Barca si Pedro jugaba diez partidos (al menos 45 minutos en cada uno) en concepto de ayuda por el traspaso del futbolista.

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