El ajuste tiene riesgos sociales y económicos

El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro
La clave de la economía está en crecer, no solo en ajustar. En definitiva, aunque la solvencia exterior sea ahora mismo la prioridad, los recortes fiscales solo agravarán la recesión
y el desempleo.
El Gobierno de Mariano Rajoy ha tomado medidas excepcionales en materia presupuestaria, tanto por el lado de los ingresos como de los gastos. Lo hizo obligado por sus compromisos con Bruselas, que exige cambios drásticos antes de refinanciar la banca arruinada o descapitalizada. Por tanto, lo decidió sin apenas margen para la reflexión y por la vía más fácil: subir el IVA y recortarle ingresos a funcionarios y desempleados. ¿Debería estar ahí la clave de fondo? No. ¿Por qué? Porque no está en esas partidas el origen del problema. ¿Dónde está? Sin duda, en la caída de la recaudación del impuesto de sociedades, por falta de actividad económica. Veamos, pues, con detalle el escenario para tener perspectiva de lo que está pasando, que es algo extraordinario en la vida de España.
El ajuste en marcha es de 65.000 millones de euros de aquí a 2014, es decir, apenas dos años y medio para su completa ejecución, en búsqueda del objetivo de déficit impuesto por la Unión Europea. De entrada, para manejar una referencia de la tremenda dimensión de esta cifra podemos tener en cuenta que casi iguala toda la recaudación por IRPF en 2011. ¿De dónde saldrá tanto dinero? Sobre todo, de las medidas aprobadas en el último Consejo de Ministros: 56.440 millones, mucho más, por ejemplo, que todo el IVA recaudado en 2007, el último año de las vacas gordas. ¿Y cómo se llegará desde esa cantidad a los 65.000 millones? Pues, básicamente, con tasas a las compañías eléctricas. Hablamos, por tanto, de cifras espectaculares, sin precedentes en los cambios macroeconómicos en la historia de España, quizá también porque, como dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el país vive hoy uno de los momentos más difíciles y dramáticos de su historia reciente.
En resumidas cuentas, del total de ajuste, unos 29.000 millones serán el efecto neto de las subidas de impuestos: solo por IVA, unos 500 euros al año por hogar. De hecho, la principal partida de la recaudación adicional hasta 2014 será por IVA: 22.100 millones, que viene a ser casi la mitad de lo presupuestado en la recaudación del IVA para 2012, en unos presupuestos que apenas han durado unos días. En otras palabras, se están rompiendo todos los esquemas fiscales, ya que algo más de la mitad de los ajustes son subidas de impuestos. El caramelo: una reducción de las cotizaciones sociales, un punto en 2013 y otro en 2014.
¿Qué pasa con el recorte en prestaciones por desempleo? Será de 13.760 millones en tres años. Para situarnos también mejor en este punto, podemos tener en cuenta que el presupuesto para todo este año en desempleo es de 28.805 millones.
¿Qué es lo que ha cambiado de fondo entre los buenos tiempos y la actualidad? El impuesto de sociedades, que es donde está el verdadero problema fiscal español, aunque pocas veces se dice. En 2007 se recaudaron en España por ese impuesto que pagan las empresas 40.000 millones de euros y en 2011, debido a la caída de la actividad, solo 16.100 millones. Traducido: si no se genera más actividad económica, España no volverá a los buenos tiempos. La clave está en crecer, no solo en ajustar. En definitiva, aunque la solvencia exterior sea la prioridad, los recortes fiscales solo agravarán la recesión y el desempleo. Caerá más el PIB y habrá más paro. A cambio puede que baje la prima de riesgo y el coste de la financiación, ya insoportable.

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