La asamblea de la organización mostró las discrepancias de algunos asociados con su presidente.
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, apostó ayer por la flexibilidad laboral y los salarios variables para estimular la contratación, si bien también ha ligado la creación de empleo a una menor presión fiscal sobre el trabajo.
Rosell hizo estas reflexiones en el marco de la asamblea general anual de la CEOE que aprobó el desarrollo de los estatutos de la confederación, que entrarán en vigor en 2015 y que incluyen la posibilidad de que el cargo de presidente de la patronal sea retribuido por decisión de la junta directiva, que también definiría la cuantía del mismo. La asamblea general también daba el visto bueno al presupuesto para 2014 de la patronal, que prevé cerrar este año en equilibrio, después de que acabara el ejercicio de 2013 con pérdidas de dos millones de euros.
El punto polémico de la asamblea surgió en torno a la reforma del sistema de formación que están negociando Gobierno, patronal y sindicatos. Durante su discurso, Rosell hizo hincapié en que las empresas no van a renunciar a decidir y gestionar las cantidades que abonan para formación a través de las cuotas a la Seguridad Social.
Discrepancias
Sin embargo, al menos cinco asociados intervenieron para cuestionar la transparencia de la patronal respecto a la negociación que se está llevando a cabo, tras haber hecho la CEOE frente común con los sindicatos ante el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Tras la asamblea y ya ante los medios, Rosell explicó que le parecía "perfecta" esta discrepancia y subrayó que en una organización tan compleja como la CEOE lo que sería difícil es que "todos estuvieran de acuerdo". "No pasa nada", dijo al ser preguntado por las críticas de varios de los asociados. También defendió el acuerdo con los sindicatos en esta materia y explicó que se está "en plena negociación" y que, hasta ahora, no ha habido ninguna respuesta por parte del Gobierno.
