CURSO ESCOLAR

Compro, vendo, cambio libros de texto usados

photo_camera Los libreros denuncian esta axctividad como competencia desleal

Cada vez más padres y estudiantes se afanan en ahorrarse unos euros en libros de texto por medio del intercambio y la compraventa de segunda mano

Primeros de septiembre. El curso a punto de comenzar y cada vez más padres y estudiantes se afanan en ahorrarse unos euros en libros de texto por medio del intercambio y la compraventa de segunda mano en tiendas o también en mercadillos al aire libre, que los libreros denuncian como competencia desleal.

Son las diez de la mañana en la calle de los Libreros de Madrid, lugar tradicional de manuales escolares usados, y apenas se han formado un par de colas en dos librerías.

María, madre de dos niños, siempre los ha conseguido de otros padres o conocidos, pero este año se ha descuidado y espera turno para comprar de quinto de Primaria y cuarto de ESO.

En el colegio público donde estudian les han dicho que no valen todos los de Primaria, comenta María, algunos son diferentes debido a la reforma educativa y le costarán, según teme, un dineral.

A esa hora no hay rastro de los particulares que ponen tenderetes de libros en la misma calle, hasta que los cuatro o cinco primeros asoman tímidamente y abren maletas y mochilas para mostrar el género.

Dentro de unos días, anuncia uno, el mercadillo estará "a tope", como en años anteriores, y más con la crisis.

"Si venden ellos, no vendo yo. Es venta ambulante y es ilegal", lamenta Roberto, que atiende en la librería Alcalá, dedicada a los textos universitarios.

Calcula que el ahorro puede ser del entorno del 30 % en el libro usado comprado en librería, según su estado, en comparación con el el nuevo, incluido el descuento que aplica a éste.

En unos 150 metros de esta calle sobreviven seis librerías, la mitad que hace unos años, ya que la jubilación de los titulares o la misma crisis han acabado con las demás.

Pedro, responsable de La Casa de la Troya, especializada en Bachillerato y algo de Universidad, calcula por su experiencia que el comercio de segunda mano ha aumentado entre un 15 y un 20 %, ya que el comprador puede ahorrar una media del 50 %.

Señala a los que se ponen a vender justo enfrente de su puerta, una actividad que se ha "profesionalizado", indica, pues aprovechan el tirón tradicional de esta calle entre los estudiantes y al final mueven "mucho dinero".

En alguna ocasión han entrado en la librería para quitarle clientes ofreciéndoles precios más arreglados, asegura.

Si llega la policía municipal, explica, el mercadillo se disuelve hasta que vuelve a instalarse.

Alejandro, uno de los que venden fuera, es "consciente" de esta queja, pero argumenta que la situación económica es bastante complicada y que "hay que buscarse la vida para salir adelante".

Tiene que sacarse un dinero vendiendo más barato que las librerías, defiende, para poder pagarse la Universidad.

Él mismo compró en la calle los de Bachillerato y ahora consigue ejemplares entre familiares y amigos para venderlos.

También reconoce las razones de los libreros Guillermo, alumno de primero de Bachillerato, que se dispone a vender libros de cuarto de ESO para poder adquirir los que necesita, como sus compañeros Verónica y David.

Prefieren venderlos en la calle que en las librerías porque sacan hasta el doble, afirman.

No obstante, se conforman con salir "comidos por servidos" y obtener lo suficiente para los de Bachillerato, que adquirirán también en la calle porque son más baratos, aproximadamente la mitad, precisa Verónica.

Una mujer marroquí explica que lleva cinco años parada y no recibe ayudas públicas para libros porque no puede justificarlo documentalmente, ni siquiera unos ingresos mínimos.

Vive sola con una hija que va a estudiar primero de Bachillerato; sobreviven con lo que su madre les manda desde Marruecos.

Encargaba los libros en unos grandes almacenes cuando trabajaba, pero ahora no tiene más remedio que acudir al trueque.

En los últimos años se ha abierto camino la recogida de libros usa dos para el cambio de unos por otros o simplemente la donación a las familias más necesitadas, en campañas que se difunden en las redes sociales.

Algunos de estas actividades son promovidas por las asambleas populares de barrio del 15M.

La antigua comisión de educación de este movimiento en Leganés, asociaciones de vecinos y organizaciones sociales han anunciado un "intercambio solidario" para la tarde del viernes próximo en la Plaza de España, según comenta uno de los organizadores.

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