Comunicar en tiempos de EREs

El autor analiza la importancia de la comunicación en las empresas, incluso en tiempos de crisis. En el caso de los EREs, gestionarlos de forma adecuada requiere de una ‘apuesta decidida por la comunicación interna’.
Siempre se vinculan las estrategias de comunicación con acciones que tienen como objetivo prioritario buscar una visibilidad positiva de las acciones de una compañía. De alguna manera, muchas empresas vinculan el hecho de hacer comunicación con enviar sólo mensajes amables sobre su actividad. ¿Pero qué pasa cuando las cosas no van bien y los mensajes que podemos ofrecer son sólo negativos? ¿Cómo debemos actuar en esos casos? En la mayor parte de las organizaciones existe la tentación de reducir el esfuerzo en comunicación cuando las cosas van mal, de mantener un perfil bajo y de considerar, como cuando existía el servicio militar, que lo mejor de todo es pasar desapercibido. Sin embargo, la experiencia de los que nos dedicamos a asesorar a empresas e instituciones en este campo nos ha demostrado que es un claro error porque no es exagerado asegurar que las crisis son el mayor y el peor examen en la vida de una empresa, y hay que estar preparado para poder afrontarlas con ciertas garantías de éxito.

De todas las situaciones difíciles por las que están atravesando las organizaciones españolas en los últimos meses, una de ellas, los expedientes de regulación de empleo (ERE), son quizá las que mayor proyección negativa tienen en los medios de comunicación.

Gestionar de la forma más eficaz un ERE va a depender de la realidad del problema: no es lo mismo regular el empleo en una filial de un grupo empresarial, que hacerlo sobre el 30% total de una plantilla. También es diferente una regulación tras una fusión en una situación de bonanza económica, que si se plantea en la situación de grave crisis en la que estamos inmersos. Pero sí hay varios elementos comunes en todas ellas: primero, la gestión eficaz de la comunicación interna y la de los grupos de interés (stakholders) son pieza clave en todos los casos; y, segundo, se trata de una de las pocas crisis empresariales en las que las organizaciones llevan la iniciativa.

¿Qué reglas deberíamos entonces de tener presentes para afrontar estas situaciones? Gestionar estos escenarios requiere una apuesta decidida por la comunicación interna. Debemos pensar que es, ante todo, una decisión que se toma para poder afrontar de la mejor forma una grave situación; por tanto, tenemos que ser sensibles y motivadores en los mensajes hacia los que se quedan; cuidar en la medida de lo posible a los que se van, y crear confianza para generar un clima positivo para sacar adelante el nuevo proyecto y mantener unas buenas perspectivas empresariales en el futuro.

Es por ello que la actitud de los trabajadores en los ERE va a ser determinante en la imagen que se proyecte de la empresa, de ahí lo dicho anteriormente, aquellas empresas bien cohesionadas, con estrategias y herramientas de comunicación interna solventes, serán las que verán menos mermada su imagen pública y aquellas cuya reputación saldrá menos dañada.

La comunicación tiene, por tanto, un papel clave en todo este proceso. Una estrategia que nunca debe olvidar el aspecto humano, ya que aunque para el departamento financiero de las empresas el objetivo será cuadrar unos números que permitan dar continuidad al proyecto empresarial, detrás de todo están los trabajadores y los dramas humanos que se crean derivadas de estas situaciones.

Ser transparentes, disipar las malas interpretaciones motivadas por los rumores y canalizar adecuadamente las inquietudes de los empleados facilitará la elaboración de los mensajes adecuados a los públicos externos, que serán los que tomarán conciencia del verdadero impacto de la medida.


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