El acuerdo del Congreso estadounidense para sacar adelante el multimillonario plan de rescate del sector financiero, la defensa cerrada que del mismo volvió a realizar el presidente Bush y la ampliación de los acuerdos de los bancos centrales para suministrar liquidez a los mercados desde los 240.000 hasta los 620.000 millones de dólares no fueron suficientes para llevar la calma a los mercados.
La frenética sucesión de nuevos planes de salvamento para librar de la quiebra a entidades financieras en apuros a ambos lados del Atlántico sembró el pánico en las bolsas europeas, y la apertura bajista de Wall Street no hizo más que agudizar la sangría, que se cebó especialmente con los valores bancarios. Al cierre, el Ibex 35 se dejó un 3,88% para quedar sumido en los 10.945,70 puntos puntos, en la quinta mayor caída del año. Pese a la intensidad de la caída, el selectivo español fue el menos castigado entre sus pares europeas. El Cac-40 parisino recortó un 5,04 %, el FTSE-100 de Londres se dejó un 5,3%, mientras que el Dax de Fráncfort retrocedió un 4,23%.
En menos de 24 horas cuatro entidades de peso han tenido que ser rescatadas: los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo tuvieron que anunciar la nacionalización parcial del gigante bancario belga Fortis, en una operación in extremis para evitar su desplome, aunque sus acciones bajaron un 23,5%. El Gobierno de Bruselas anunció además su disposición a intervenir otra entidad en apuros, Dexia, cuyas acciones caían en picado. Desde el Reino Unido, el Gobierno británico anunciaba la nacionalicación de Bradford Y Bingley, el octavo banco hipotecario del país, el segundo rescate gubernamental de una entidad en el Reino Unido en un año, tras la sonada intervención de Northern Rock. En esta operación, el Gobierno británico contó con un aliado anunciado, el Santander, que comprará e los activos sanos del BYB por más de 770 millones de euros.
Mientras, en Alemania un consorcio de bancos germanos anunció que ofrecerán garantías por valor de 35.000 millones de euros para rescatar a la hipotecaria Hypo Real State (que bajó un 73% en Bolsa) y garantizar sus necesidades de financiación en el futuro. al otro lado del Atlántico, el gigante bancario Citigroup salió al rescate de Wachovia con la compra de sus operaciones bancarias para evitar otra quiebra monumental.
La sucesión de malas noticias no se circunscribió al sector bancario. Desde el palacio del Elíseo se admitió que la economía francesa está casi en recesión; en Reino Unido se conoció el desplome de la concesión de hipotecas en agosto, mientras que en España hubo una de cal y una de arena: el descenso de la inflación en septiembre hasta el 4,6% y el repunte del euribor, que encarecerá las hipotecas pendientes de revisión en una media de 700 euros al año.
Con este panorama, el Ibex 35 se tiñó de rojo, con todos sus valores en negativo a excepción de Red Eléctrica, que mejoró un tímido 0,25%. Los más castigados, los títulos de Iberdrola Renovables que cedieron un impactante 11,17%, seguidos Acciona (10,8%) y de Sacyr Vallehermoso, que recortó un 10,35 % el día en el que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó que preferiría un socio español para el 20% que controla en la petrolera y al que ha colgado el cartel de se vende. La petrolera, que retrasa la salida a Bolsa del 20% de YPF, se dejó un 5,2% al cierre para acabar en 20,4 euros.
En el sector bancario, el Santander, que dió la campanada con la compra de los activos no contaminados del británico BYB, recibió un castigo del 4,21%, mientras que el BBVA cedió un 4,06%. El resto de valores de la banca mediana cotizaron también a la baja, con caídas cercanas al 4,5% para Bankinter, Banesto y el Sabadell y del 5,75% para el Banco Popular, que anunció el pago de un dividendo bruto de 0,13 euros brutos por acción a cuenta de los beneficios de 2008.
Iberia fue otro de los valores más castigados, con un recorte del 7,49%, Iberdrola se dejó un 4,42%, Endesa perdió el 5,42% mientras que Telefónica perdió un 2,15%.
Las caídas se extendieron al mercado del petróleo, que se abarató cerca del 7%. El barril de Texas de referencia en Estados Unidos cotizó ligeramente por encima de los 100 dólares, mientras que el Brent de referencia en Europa se situó en el nivel de los 97 dólares. En el de divisas, el euro bajó hasta las 1,43 unidades.
En menos de 24 horas cuatro entidades de peso han tenido que ser rescatadas: los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo tuvieron que anunciar la nacionalización parcial del gigante bancario belga Fortis, en una operación in extremis para evitar su desplome, aunque sus acciones bajaron un 23,5%. El Gobierno de Bruselas anunció además su disposición a intervenir otra entidad en apuros, Dexia, cuyas acciones caían en picado. Desde el Reino Unido, el Gobierno británico anunciaba la nacionalicación de Bradford Y Bingley, el octavo banco hipotecario del país, el segundo rescate gubernamental de una entidad en el Reino Unido en un año, tras la sonada intervención de Northern Rock. En esta operación, el Gobierno británico contó con un aliado anunciado, el Santander, que comprará e los activos sanos del BYB por más de 770 millones de euros.
Mientras, en Alemania un consorcio de bancos germanos anunció que ofrecerán garantías por valor de 35.000 millones de euros para rescatar a la hipotecaria Hypo Real State (que bajó un 73% en Bolsa) y garantizar sus necesidades de financiación en el futuro. al otro lado del Atlántico, el gigante bancario Citigroup salió al rescate de Wachovia con la compra de sus operaciones bancarias para evitar otra quiebra monumental.
La sucesión de malas noticias no se circunscribió al sector bancario. Desde el palacio del Elíseo se admitió que la economía francesa está casi en recesión; en Reino Unido se conoció el desplome de la concesión de hipotecas en agosto, mientras que en España hubo una de cal y una de arena: el descenso de la inflación en septiembre hasta el 4,6% y el repunte del euribor, que encarecerá las hipotecas pendientes de revisión en una media de 700 euros al año.
Con este panorama, el Ibex 35 se tiñó de rojo, con todos sus valores en negativo a excepción de Red Eléctrica, que mejoró un tímido 0,25%. Los más castigados, los títulos de Iberdrola Renovables que cedieron un impactante 11,17%, seguidos Acciona (10,8%) y de Sacyr Vallehermoso, que recortó un 10,35 % el día en el que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó que preferiría un socio español para el 20% que controla en la petrolera y al que ha colgado el cartel de se vende. La petrolera, que retrasa la salida a Bolsa del 20% de YPF, se dejó un 5,2% al cierre para acabar en 20,4 euros.
En el sector bancario, el Santander, que dió la campanada con la compra de los activos no contaminados del británico BYB, recibió un castigo del 4,21%, mientras que el BBVA cedió un 4,06%. El resto de valores de la banca mediana cotizaron también a la baja, con caídas cercanas al 4,5% para Bankinter, Banesto y el Sabadell y del 5,75% para el Banco Popular, que anunció el pago de un dividendo bruto de 0,13 euros brutos por acción a cuenta de los beneficios de 2008.
Iberia fue otro de los valores más castigados, con un recorte del 7,49%, Iberdrola se dejó un 4,42%, Endesa perdió el 5,42% mientras que Telefónica perdió un 2,15%.
Las caídas se extendieron al mercado del petróleo, que se abarató cerca del 7%. El barril de Texas de referencia en Estados Unidos cotizó ligeramente por encima de los 100 dólares, mientras que el Brent de referencia en Europa se situó en el nivel de los 97 dólares. En el de divisas, el euro bajó hasta las 1,43 unidades.
