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La demanda de legumbres desciende en los últimos años

Las legumbres son muy interesantes cualitativa y cuantitativamente para mejorar la salud humana y acrecentar la sostenibilidad agrícola. Tanto es así que la ONU declaró el año 2016 como el Año Internacional de las legumbres, con el objetivo de sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre sus muchos beneficiose incrementar su producción y consumo por su importancia agronómica, medioambiental y nutricional.

Con respecto a la sostenibilidad agrícola, las leguminosas son una parte vital en cualquier rotación de cultivo sostenible. La característica más importante de las leguminosas es que fijan el nitrógeno atmosférico, siendo este uno de los elementos más necesitados por la mayoría de los cultivos. Las plantas utilizan cada elemento para cumplir una función en su crecimiento, concretamente el nitrógeno, lo utilizan para fomentar el crecimiento de hojas y combatir enfermedades. Es muy importante un suelo rico en nitrógeno para el cultivo de plantas de forraje.

Nutricionalmente, las legumbres destacan por su elevado contenido en proteínas, vitaminas del grupo B, fibras, hidratos de carbono de absorción lenta y minerales. Además, las legumbres son muy pobres en grasas y éstas son de naturaleza poliinsaturada, por lo que contribuyen a regular el colesterol en sangre. Finalmente, las legumbres tienen compuestos con propiedades potencialmente beneficiosas para la salud, tales como taninos, saponinas, fitatos, lectinas o inhibidores de proteasas. Estas características hacen que el consumo de legumbres esté recomendado globalmente como parte de una dieta saludable.

A pesar de estos beneficios tanto a nivel de producción como de consumo, la demanda de las legumbres ha bajado por debajo del nivel recomendado en los últimos años. Hasta finales de los años 50 en los hogares españoles se consumía este producto casi a diario, unos 13 kg por persona y año, actualmente este consumo ha descendido más de un 75%. Esta bajada es, principalmente debida, al ritmo de vida que llevamos actualmente, ya que las legumbres, son un plato de cocina lenta.

El garbanzo, por ejemplo, es una de las legumbres que ha mantenido un consumo relativamente alto. En su composición destacan los hidratos de carbono de absorción lenta, proteínas de alto valor biológico y su alto contenido en fibra, que permite combatir el estreñimiento, disminuir el colesterol y controlar la glucosa en la sangre. También contiene vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6), ácido fólico y vitamina E. Podemos encontrarlo en el mercado en bolsas o a granel y su precio ronda los 2 euros/kg.

Las lentejas son ricas en ácido fólico, hierro, potasio y magnesio. El ácido fólico y el hierro son importantes para prevenir anemias, y son particularmente importantes en mujeres embarazadas. El potasio y el magnesio son sustanciales para las funciones del sistema nervioso y el músculo. Todo esto lo podemos obtener en un buen plato de lentejas y comprarlo por menos de 3 euros/kg.

El cacahuete, también es una leguminosa de la familia de las fabáceas, además, son ricos en fibra, niacina, vitaminas del grupo B (sobre todo vitamina B6), ácido pantoténico y, sobre todo, minerales. Normalmente se venden tostados o fritos con un toque de sal, pero es mas sano comerlos tostados sin sal, de esta forma podemos encontrarlos rondando los 6 euros/kg

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