Algunas áreas industriales de Ourense han reforzado su vigilancia para evitar incidentes

Polígonos, bancos y comercios, objetivo de piquetes sindicales

Cartel en apoyo de la huelga en la calle Curros Enríquez. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Lograr un máximo seguimiento de la huelga y garantizar el derecho de los que quieren acudir a su puesto de trabajo. Son los mensajes principales que llegan desde los dos lados de la convocatoria de huelga general, que hoy tratará de paralizar el funcionamiento normal de toda España para mostrar el descontento ciudadano ante la reforma laboral firmada por el Gobierno de Mariano Rajoy. El proceder de las fuerzas sindicales será similar al de anteriores convocatorias, aunque los líderes prevén que esté secundada por muchos trabajadores.
Volverán, pues, las manifestaciones desde el pabellón de Os Remedios y los piquetes a las calles, a los accesos a las áreas industriales y a la apertura de los comercios y locales de hostelería. Porque la intención sindical era que, desde la medianoche, incluso dos horas antes en empresas con turnos de noche, los piquetes hiciesen acto de presencia para intentar que la actividad se parase. Los primeros en recibir la visita de los piquetes informativos debieron ser, según los cálculos de la responsable de CC.OO., Ana Barrios, las cafeterías y restaurantes de la ciudad. A este respecto, el presidente del sector, Ovidio Fernández, explicaba que tanto el derecho a hacer huelga como el de trabajar son 'lexítimos e respetables', de forma que, entendía, no cabe lugar para los incidentes.

Durante la madrugada, los piquetes tenían previsto dirigirse hacia las zonas industriales. Y ahí, el responsable de CIG Ourense, Etelvino Blanco, auguraba ayer el paro en todas las empresas de los polígonos ubicados en la zona metropolitana, especialmente en el de San Cibrao, donde acostumbran a producirse los mayores incidentes, al filo de las siete de la mañana. Ante esta situación, áreas industriales como la de Barreiros optaron por reforzar la vigilancia y mantenerse en contacto continuo con las fuerzas de seguridad, como precisaba el presidente de la asociación de empresarios, Alejandro Cruz.

A su vez, y antes de poder realizar valoraciones en firme, la secretaria general de la CEO, María de Miguel, apelaba de nuevo al respeto hacia los derechos, tanto para quienes deciden secundar la huelga como para aquellos que elijan ir a trabajar. 'Que nadie se sienta agredido ante ninguna de las dos situaciones', afirmaba.

Ya de mañana, de vuelta en la ciudad, los sindicatos centrarán su atención en la apertura de los bancos -donde habitualmente se genera algún conflicto- y, posteriormente, de los comercios. Un objetivo seguro será, probablemente, el centro comercial Ponte Vella. Su gerente, Abraham Cano, se mostraba tranquilo ante el 29-M puesto que, 'por la experiencia de anteriores huelgas, sabemos cómo actuar'. No obstante, recalcaba que cada comercio es libre de abrir o cerrar sus puertas a título individual. El presidente del Centro Comercial Aberto, Emilio González, pide que no se produzcan incidentes sosteniendo que 'no es momento para huelgas', en las que el pequeño comercio es uno de los sectores más afectados.

Los cuerpos de seguridad trabajarán durante el día para minimizar los conflictos, aunque la Policía Local dice que no ha previsto ningún dispositivo especial para la jornada; sí extremará la vigilancia en los servicios e instalaciones municipales. Los turnos de los agentes transcurrirán con total normalidad, sin ningún tipo de refuerzo extraordinario.

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