La comisaria Fischer es partidaria de modificar la legislación sobre la modificación genética de alimentos

La UE propone duplicar la producción agraria para asegurar consumo humano y bioenergía

La comisaria europea de Agricultura y los ministros de Alemania, Rusia, Ucrania y Turquía abogaron ayer en Berlín por duplicar la producción agraria mundial para poder garantizar el consumo humano, al tiempo que fijar la cuota para dedicar a la fabricación de biocombustibles. Marian Fischer, que participó con sus colegas en la primera conferencia de ministros de Agricultura en el seno de la Semana Verde de Berlín, defendió que los Veintisiete modifiquen la legislación sobre alimentos modificados genéticamente.
La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, y los ministros del ramo de Alemania, Rusia, Ucrania y Turquía abogaron ayer por duplicar la producción agraria mundial y equilibrar el porcentaje de materia prima dedicada al consumo humano y el que se utiliza para generar biocombustibles.

La comisaria participó en la primera Conferencia Internacional de Ministros de Agricultura, en el marco de la feria agroalimentaria Semana Verde de Berlín. Fischer Boel abogó por que los Veintisiete consensúen una nueva legislación relativa a los alimentos modificados genéticamente.

El ministro alemán, Horst Seehofer, destacó que el debate sobre estos productos debe hacerse desde la ’ética y la responsabilidad’ y no ’por la dictadura del mercado y por la presión de las corporaciones económicas’.

El francés Aurand aseguró que la agricultura se enfrenta ya al desafío de responder a la demanda de consumo de una población cada vez mayor y al de producir la suficiente materia prima para promover el uso de biofueles, básicos para reducir las emisiones de dióxido de carbono y el efecto invernadero.

Desequilibrio

El ministro turco del ramo, Mehdi Eker, introdujo en el debate la problemática de la escasez de agua en los países mediterráneos y apuntó, como vías para buscar una solución a la investigación en tecnologías, a un mejor uso de los recursos y al cultivo de plantas más resistentes a la sequía, como las legumbres. Defendió la necesidad de una mayor apertura del mercado internacional que permita a los países emergentes y en vías de desarrollo ’beneficiarse’ del comercio y aludió a las desigualdades que provocan que 1.500 millones de personas estén ’sobrealimentadas’ mientras el resto padece hambre.

Por su parte, el ministro ruso de Agricultura, Alexej Gordejew, sostuvo que cada país deberá analizar su propio potencial y decidir qué cultivos podrían desarrollar que por el momento estén infrautilizados.


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