Un grupo de antiguos 'vecinos' de Benposta decidió hace algunos meses que era tiempo de retomar la que un día fuera Ciudad de los Muchachos. Así nació una idea que comenzará a germinar este sábado con un homenaje a su fundador, el sacerdote Jesús Silva. La idea surge, en parte, de mano de la Asociación Cultural Padre Silva, que preside Bartolomé Pidal. De entrada gratuita, la organización ha previsto actos a partir de las 12 horas, tanto en la Praza Maior como en Benposta, con espectáculos circenses y conciertos.
¿Qué objetivo persigue el homenaje de este sábado?
Sobre todo, pretende que no olvidemos la figura del Padre Silva, que recuperemos su memoria como símbolo y personaje destacado de la sociedad ourensana. Es de justicia que no lo olvidemos porque los últimos momentos de su vida no fueron los mejores.
Por eso, el proyecto va más allá que la celebración del homenaje al sacerdote.
Queremos recuperar todo lo que ha sido su obra y Benposta, que fue languideciendo en los últimos años. No podemos perder que él formó parte de la sociedad.
Al final, parece que la polémica que rodeó a Jesús Silva los últimos años ha nublado en cierto modo todo su trabajo anterior.
Creo que, efectivamente, su proyecto llega a un punto en el que no sigue desarrollándose. Es cierto que vivió un ocaso, un final marcado por las desavenencias y conflictos que mantuvo con las administraciones. Todo ello desembocó en una situación un tanto turbia que fue llevando a que todo aquel esplendor fuese desapareciendo.
¿Es ahí, en ese punto, donde entra en juego el trabajo de la asociación que preside?
Sí. Nosotros pretendemos modernizar, hacer una reinterpretación de las actuaciones realizadas por el Padre Silva. Sus objetivos y finalidades tenemos ahora que readaptarlos al mundo actual contextualizando las ideas y dando contenido a aspectos más concretos y específicos como fueron todos los relacionados con el circo.
¿En qué consistirá exactamente el proyecto de reactivación que rodea a la Ciudad de los Muchachos?
Ahora mismo estamos trabajando en el desarrollo de un plan estratégico que recoja lo que ha sido y debe ser Benposta. La proyección universal de este proyecto está muy consolidada porque fue algo en lo que trabajó el Padre Silva. A partir de ahí, tenemos que desarrollar varias líneas de actuación y de trabajo. Por ejemplo, debemos dar respuesta al lugar redefiniéndolo. Otro de los puntos que tenemos que atender es, por ejemplo, el colegio que todavía funciona en Venezuela con unos 500 niños en un centro y cerca de 1.000 en otro, además de lo que todavía queda en Colombia, que continúan dependiendo de algún modo de Benposta. Ahora tenemos que encontrar la forma de integrar todas estas líneas en nuestro proyecto.
Una parte fundamental tendrá que ser la inversión económica. ¿Han pensado ya en algún tipo de vía de financiación para llevarlo a cabo?
El objetivo del homenaje tiene que ser también hacerle ver a las administraciones la necesidad de poner en valor algo que ha sido y tiene que volver a ser una realidad. Aparte de los apoyos culturales y desinteresados con los que ya contamos -como son los casos de Tonhito de Poi, Manu Chao o Luis Tosar-, necesitamos ayuda y conciliación de los ourensanos con esta iniciativa. La ciudad siempre ha tenido una complicidad muy grande con la Ciudad de los Muchachos. A pesar de esa última etapa del Padre Silva, que yo llamaría gris, creemos que la ciudad siempre ha querido y sentido a Benposta.
Está a punto de cumplirse un año del fallecimiento de Jesús Silva. Sin embargo, Benposta llevaba ya algún tiempo agonizando. ¿Por qué han tomado ahora la decisión de recuperarla?
El hecho que desencadena todo esto es el fallecimiento de Jesús Silva, que yo considero prematuro. En este momento estamos percibiendo el apoyo de la sociedad ourensana a nuestro proyecto. Hay que tener en cuenta que, evidentemente, todo lo que todavía hay en Benposta es un patrimonio para conservar. Quizá pudimos hacerlo antes, pero lo importante es que lo estamos haciendo.
¿El circo jugará un papel importante en la nueva Benposta, como ya lo hacía en la original?
Hay dos temas claros. Uno es la televisión de Benposta, que pretendemos con carácter cultural y que tuvo un papel social que hoy no existe. Pero, sin duda, el eje principal tendrá que ser el circo. Además de aquí en Ourense, es un elemento con posibilidades de articular alrededor de varias ciudades con los trabajos que todavía quedan en Venezuela o Colombia.
Sobre todo, pretende que no olvidemos la figura del Padre Silva, que recuperemos su memoria como símbolo y personaje destacado de la sociedad ourensana. Es de justicia que no lo olvidemos porque los últimos momentos de su vida no fueron los mejores.
Por eso, el proyecto va más allá que la celebración del homenaje al sacerdote.
Queremos recuperar todo lo que ha sido su obra y Benposta, que fue languideciendo en los últimos años. No podemos perder que él formó parte de la sociedad.
Al final, parece que la polémica que rodeó a Jesús Silva los últimos años ha nublado en cierto modo todo su trabajo anterior.
Creo que, efectivamente, su proyecto llega a un punto en el que no sigue desarrollándose. Es cierto que vivió un ocaso, un final marcado por las desavenencias y conflictos que mantuvo con las administraciones. Todo ello desembocó en una situación un tanto turbia que fue llevando a que todo aquel esplendor fuese desapareciendo.
¿Es ahí, en ese punto, donde entra en juego el trabajo de la asociación que preside?
Sí. Nosotros pretendemos modernizar, hacer una reinterpretación de las actuaciones realizadas por el Padre Silva. Sus objetivos y finalidades tenemos ahora que readaptarlos al mundo actual contextualizando las ideas y dando contenido a aspectos más concretos y específicos como fueron todos los relacionados con el circo.
¿En qué consistirá exactamente el proyecto de reactivación que rodea a la Ciudad de los Muchachos?
Ahora mismo estamos trabajando en el desarrollo de un plan estratégico que recoja lo que ha sido y debe ser Benposta. La proyección universal de este proyecto está muy consolidada porque fue algo en lo que trabajó el Padre Silva. A partir de ahí, tenemos que desarrollar varias líneas de actuación y de trabajo. Por ejemplo, debemos dar respuesta al lugar redefiniéndolo. Otro de los puntos que tenemos que atender es, por ejemplo, el colegio que todavía funciona en Venezuela con unos 500 niños en un centro y cerca de 1.000 en otro, además de lo que todavía queda en Colombia, que continúan dependiendo de algún modo de Benposta. Ahora tenemos que encontrar la forma de integrar todas estas líneas en nuestro proyecto.
Una parte fundamental tendrá que ser la inversión económica. ¿Han pensado ya en algún tipo de vía de financiación para llevarlo a cabo?
El objetivo del homenaje tiene que ser también hacerle ver a las administraciones la necesidad de poner en valor algo que ha sido y tiene que volver a ser una realidad. Aparte de los apoyos culturales y desinteresados con los que ya contamos -como son los casos de Tonhito de Poi, Manu Chao o Luis Tosar-, necesitamos ayuda y conciliación de los ourensanos con esta iniciativa. La ciudad siempre ha tenido una complicidad muy grande con la Ciudad de los Muchachos. A pesar de esa última etapa del Padre Silva, que yo llamaría gris, creemos que la ciudad siempre ha querido y sentido a Benposta.
Está a punto de cumplirse un año del fallecimiento de Jesús Silva. Sin embargo, Benposta llevaba ya algún tiempo agonizando. ¿Por qué han tomado ahora la decisión de recuperarla?
El hecho que desencadena todo esto es el fallecimiento de Jesús Silva, que yo considero prematuro. En este momento estamos percibiendo el apoyo de la sociedad ourensana a nuestro proyecto. Hay que tener en cuenta que, evidentemente, todo lo que todavía hay en Benposta es un patrimonio para conservar. Quizá pudimos hacerlo antes, pero lo importante es que lo estamos haciendo.
¿El circo jugará un papel importante en la nueva Benposta, como ya lo hacía en la original?
Hay dos temas claros. Uno es la televisión de Benposta, que pretendemos con carácter cultural y que tuvo un papel social que hoy no existe. Pero, sin duda, el eje principal tendrá que ser el circo. Además de aquí en Ourense, es un elemento con posibilidades de articular alrededor de varias ciudades con los trabajos que todavía quedan en Venezuela o Colombia.
