Su hermana, que le ayudó a deshacerse del cuerpo de la pequeña, fue sentenciada a 9 años de prisión

Condena de 22 años a Del Valle por el asesinato de Mari Luz

Santiago del Valle abandonando la Audiencia Provincial de Huelva. (Foto: ARCHIVO)
El juez del caso por la muerte de la niña onubense Mari Luz Cortés condenó a Santiago del Valle a la pena de 19 años de cárcel por un delito de asesinato y a la de tres años por un delito de abuso sexual, mientras que a su hermana, Rosa del Valle, la condenó a nueve años de prisión como cómplice de asesinato.
Los condenados indemnizarán en concepto de daños y perjuicios a Juan José Cortés Fernández e Irene Suárez Fernández en la cantidad de 122.000 euros y a cada uno de los hermanos de la víctima J.J. y D. en la cantidad de 22.000 euros.Por otro lado, la sentencia acuerda la deducción de testimonio contra la mujer de Santiago del Valle, Isabel García, por la posible comisión de un presunto delito de falso testimonio durante su declaración testifical en el juicio.

Santiago del Valle, según la sentencia, padece una parafilia del tipo pedofilia con impulsos sexuales intensos y recurrentes, con fantasías o comportamientos sexuales con niñas prepuberes, no sufriendo alteración de sus capacidades intelectivas, cognitivas ni volitivas y es capaz de comprender la ilicitud de sus acciones. Rosa del Valle no presenta alteración mental ni alteración psicopatológica que disminuya o merme sus facultades.


RELATO DE LOS HECHOS

Respecto a las pruebas, este tribunal consideró que una vez que Mari Luz vuelve de comprar chucherías, Santiago llama su atención y ésta entra en el portal, una conclusión que se deriva de la segunda declaración del procesado efectuada el día 27 de marzo de 2008 en Huelva, cuando reconoció que 'desde su ventana vio a Mari Luz regresar del kiosco y le tiró un muñeco, un osito blanco al suelo, y que la niña lo recogió comenzando a subir los escalones y él desde la puerta de su casa que está enfrente la llamó con la mano para que subiera'.

Mari Luz cogió el osito y se adentró en el portal, subiendo la escalera que conduce a dicha vivienda, momento en el que el procesado para evitar que huyera la agarró por la muñeca y por el tórax originándose un forcejeo, sufriendo la menor lesiones pero fueron de entidad suficiente como para dejar a la menor inconsciente.

El acusado, ante esta situación, decidió deshacerse del cuerpo con vida de la menor para lo cual entró en la vivienda y cogiendo uno delos carritos de la compra que habitualmente utilizaba de color marrón introdujo en ese estado de inconsciencia a Mari Luz, tapándola con un chaquetón de color negro para evitar que se le viera la parte que sobresalía que era la cabeza.

Una vez introducida la menor en el carrito, el acusado se dirigió a la habitación de su hermana Rosa, que estaba durmiendo, despertándola, contándole lo que había sucedido y pidiéndole que le ayudara a trasladar a la menor en el vehículo que era utilizado habitualmente por la procesada. Bajaron hasta el vehículo que estaba estacionado en la Plaza de la Rosa introduciendo Santiago el carrito en el maletero del vehículo, dirigiéndose ambos hasta la zona de las Marismas próxima el Estero del Rincón, lugar al que llegaron por el camino de acceso a la llamada tubería de la confederación, en donde Santiago sacó el carrito del maletero y arrojó a la menor al agua cuando aún estaba viva, produciéndose la muerte de la menor por asfixia por sumersión.

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