ELECCIONES EUROPEAS

El desliz de Cañete marca una campaña europea sin mucha Europa

Cañete
photo_camera Arias Cañete, en un mitin de esta campaña. (EFE)

Las fuerzas políticas han querido convertir la cita del domingo en una convocatoria nacional

 

 

 

 

 

El desliz del candidato del PP Miguel Arias Cañete tras debatir en televisión con Elena Valenciano ha marcado una campaña electoral europea en la que poco se ha hablado de Europa, algunos como el PP muy de refilón, y, en cambio, sí ha habido mucho reproche doméstico y partidista.

La muerte a tiros de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, cambió las agendas de los partidos, pero en cuanto se supo que fue una venganza personal y no un ataque de algún indignado, como se pensó en un principio, los candidatos recuperaron su actividad electoral.

Como era previsible, ha sido una campaña en la que las fuerzas políticas han querido convertir la cita del domingo en una convocatoria nacional para tomar el pulso al apoyo electoral que tienen a un año de las generales. Y por eso lo que más se ha escuchado han sido recriminaciones.

Los populares han hablado mucho de "herencia" recibida y han insistido en todas las maneras posibles en que España está en la senda de la recuperación.

Si hubiera que elegir un mensaje de su campaña, sin duda la creación de 7.000 empleos diarios con un gobierno del PP ha sido un mantra durante estos quince días como también lo ha sido una advertencia: que esta tendencia de salida de la crisis se puede truncar con el voto al PSOE.

Los socialistas, que también han entrado mucho en el choque partidario, arrancaron con más Europa de lo que se esperaba y han llevado por todos los rincones sus recetas para combatir la crisis en el continente, especialmente el desempleo juvenil.

Además, ha habido muchas críticas a los recortes al Estado del bienestar y al daño que el PP está infringiendo a los españoles. Sin embargo, a partir del patinazo de Cañete, los candidatos socialistas no han dado tregua al PP con sus acusaciones de machismo.

La polémica frase en la que Cañete afirmaba que el debate entre un hombre y una mujer es muy complicado "porque si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista acorralando a una mujer indefensa" ha dado mucho juego en la última semana de campaña.

Incluso se lo ha dado también a las fuerzas más pequeñas, que han metido sus cuñas de reprobación machista en casi todos sus mítines, aunque el argumento "estrella" de las formaciones más minoritarias para recabar el apoyo del electorado ha sido que hay que acabar con el bipartidismo.

Tanto Izquierda Unida como UPyD han hecho de sus ataques a los dos grandes partidos el eje de sus actos electorales estas dos semanas. Cada uno desde las Antípodas del otro, pero han encontrado un enemigo común, que, según las encuestas, puede favorecer a los dos.

Aunque son los que más han hablado de la Unión Europea y de medidas concretas para mejorar el proyecto de integración y la vida de sus ciudadanos, IU ha sido bastante agresiva contra los socialdemócratas en Europa y en España, a quienes acto tras acto han metido en el mismo saco que a la derecha.

UPyD se ha erigido por encima del bien y del mal del resto de los partidos y se ha aplicado en difundir una imagen "sin mácula". También ha sido el único partido de ámbito nacional que ha hecho bandera de la unidad frente al intento secesionista catalán.

Y lo que pueda pasar en las urnas el domingo con estas formaciones minoritarias parece que preocupa, por primera vez, a los dos grandes, que han pasado de ignorarlos a intentar neutralizarlos con descalificaciones.

Muy poco se ha hablado de corrupción durante estos quince días teniendo en cuenta que es el segundo problema que más preocupa a los españoles después del paro.

Ni grandes ni pequeños le han prestado mucha atención, más allá del partido de Rosa Díez, que más o menos ha dedicado a este asunto una referencia diaria, aunque sin entrar tampoco en grandilocuencias.

 

 

 

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