Su familia, en palabras de su hijo, confirma la gravedad e irreversibilidad dele stado de salud del histórico líder político.
España está desde ayer pendiente del, en palabras de su hijo, "inminente" final del que fuera primer presidente de la democracia, Adolfo Suárez González, cuya figura y contribución a la Transición fueron ensalzadas por la clase política.
Adolfo Suárez Illana convocaba ayer por la mañana a los medios de comunicación en la clínica Cemtro de Madrid, donde su padre fue ingresado el pasado lunes por una afección respiratoria, para comunicarles que se había producido un agravamiento de la enfermedad neurológica que padece el expresidente y que su desenlace podía producirse en las próximas 48 horas.
Muy emocionado y sin poder contener las lágrimas, Suárez Illana explicó a la prensa que había hablado minutos antes con el rey y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que regresó de Bruselas al concluir el Consejo Europeo.Según indicó, estos dos últimos días en el hospital "han sido felices" porque Adolfo Suárez estuvo rodeado de su familia y les regaló "más sonrisas" que en los últimos cinco años.
"Ahora está en paz" y "en manos de Dios", explicó Suárez Illana quien contó que su padre había recibido ya la extremaunción y que su familia lleva 11 años -desde que se le diagnosticara su alzhéimer- preparándose para este momento, "que nunca es fácil y siempre cuesta".
Pesar en la clase política
"Cuando he bajado aquí todavía me estaba sonriendo" dijo Suárez Illana de su padre, de quien destacó que protagonizó junto con el rey Juan Carlos I un momento único de la historia de España, cuyo rumbo cambiaron ambos."Sin su ayuda España no habría volado nunca ni tan alto ni tan lejos", añadió. Tras agradecer la comprensión y el respeto que siempre tuvieron los medios de comunicación con la figura de su padre y con su enfermedad, Suárez Illana abandonó llorando la sala de prensa.
La familia del expresidente recibió la cercanía de la Casa Real, el Gobierno y los partidos, que expresaron su tristeza por el grave estado de salud de uno de los grandes artífices de la Transición española.
El rey Juan Carlos estuvo pendiente del estado de salud de Suárez a diario desde hace once años y, especialmente, desde que ingresó el pasado lunes en la clínica, al igual que los príncipes, mientras la reina Sofia, que se encuentra en Guatemala en un viaje de cooperación, afirmaba al conocer la noticia: "Es horrible. Lo siento mucho. Es muy triste todo".
Mariano Rajoy dijo por su parte que todos los españoles están con Suárez y su familia. "Ojalá pueda superar la situación que padece", añadió el presidente del Gobierno, mientras que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, confió en que estos días sirvan para "actualizar el espíritu de concordia y diálogo" al que Suárez contribuyó "de manera excepcional".
El líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, expresó la profunda tristeza de los socialistas que, dijo, comparten con todos los españoles. "Lo único que quiero, en este momento, es enviar un abrazo muy cariñoso a su familia y que sepan que estamos a su lado".
Para el coordinador federal de IU, Cayo Lara, la Transición "no hubiera igual" sin Adolfo Suárez.
