El expresidente Suárez sufrió 
un “empeoramiento neurológico"

Sonsoles Suárez, a su llegada a la Clínica Cemtro (JUANJO MARTÍN)
photo_camera Sonsoles Suárez, a su llegada a la Clínica Cemtro (JUANJO MARTÍN)

El doctor Pedro Gillén, responsable de la Clínica Cemtro, asegura que la vida del político se "está apagando lentamente".

El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez sufrió ayer un agravamiento en su estado de salud. Así lo refleja el último parte médico facilitado por la doctora Isabel de la Azuela y que fue leído por el portavoz de la familia Fermín Urbiola: "Tal y como se anunció el viernes respecto a la evolución y pronóstico de la situación clínica de Don Adolfo Suárez, comunicar que el paciente ha sufrido un empeoramiento neurológico progresivo, que se mantiene en las ultimas horas". Por su parte, el doctor Pedro Guillén, responsable de la Clínica Cemtro de Madrid, en la que está ingresado desde el viernes en estado crítico, aseguró que su vida se va "apagando lentamente". Guillén explicó que "esta es la pura realidad".

El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, declaró ayer que la situación está tranquila, y agradeció a título personal la atención y la cobertura periodística. Durante toda la jornada, el expresidente estuvo acompañado por sus cuatro hijos (Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier), así como por otros familiares cercanos. Entre las últimas visitas recibidas por el ex presidente del Gobierno y la familia figuran la del cardenal Antonio Cañizares, el Padre Ángel o del torero Juan José Padilla, amigo íntimo de la familia.

Mientras, el Gobierno y el Parlamento preparan los detalles de la despedida con honores de Estado al expresidente, condicionadas algunas decisiones al deseo que exprese su familia tras su fallecimiento. Todo está previsto, para que el Congreso de los Diputados acoja la capilla ardiente, si así lo solicitan sus familiares.



CEREMONIA

El guión de la ceremonia de despedida al expresidente del Gobierno seguirá el que sirvió para rendir homenaje al también exjefe del Ejecutivo Leopoldo Calvo Sotelo cuando falleció en 2008. La previsión, es que el Gobierno decrete luto nacional (fue de tres días cuando murió Calvo Sotelo) y que el féretro con los restos mortales de Suárez sea trasladado al Congreso. Allí, cubierto por la bandera de España, sería recibido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García Escudero, respectivamente. También es previsible la presencia de los reyes justo a la llegada del féretro o una vez instalada la capilla ardiente, y de otras altas autoridades del Estado.

El féretro accedería al edificio de la Carrera de San Jerónimo a hombros de militares por la puerta de los leones. Tras el primer homenaje de los representantes de las diversas instituciones, la capilla ardiente sería abierta al público con una duración que aún no se ha determinado y que depende de la voluntad de la familia. Una vez que se cierre la capilla ardiente el féretro sería trasladado a la plaza de Neptuno, donde habría un toque de oración, una salva de honor y el desfile de un batallón mixto.

También está pendiente de decidir el momento en que se celebraría el funeral de Estado por el expresidente, que se oficiaría en la catedral de la Almudena.

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