Fernando Simón anticipa que la mascarilla obligatoria “se terminará pronto”

Fernando Simón (EFE).
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Queda abierto el melón sobre el fin definitivo de las mascarillas

El último rescoldo que aún queda de la pandemia, la mascarilla obligatoria en farmacias, centros sanitarios y residencias, podría estar acercándose a su fin, lo que ha abierto un nuevo -pero viejo- debate sobre si es el momento oportuno y cómo debe eliminarse el vestigio más visible del covid-19.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, anticipó esta semana que la imposición de esta prenda en farmacias “se terminará pronto”, pero puntualizó que “no estaría de más” mantenerla “un tiempito más”, si bien tampoco piensa que esta medida vaya a “durar demasiado tiempo”. “Si conseguimos mantener esa cultura de proteger a los demás, yo creo que esto se va a poder cambiar pronto”, resumió.

Unos días antes, coincidiendo con el fin de esta restricción en Portugal y de que un grupo de epidemiólogos y expertos en enfermedades infecciosas de ocho instituciones internacionales así lo pidieran, el consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, abrió el melón asegurando que la mascarilla “necesariamente se debe enfocar en los muy vulnerables”.

Escudero abogó por su uso “en los hospitales y centros de salud de forma adecuada, en las situaciones contempladas en los protocolos prepandemia”, un mensaje que trasladaron después verbalmente los técnicos madrileños en la ponencia de alertas, el órgano técnico del Ministerio y las comunidades que fue asesorando sobre las distintas medidas tomadas estos tres años. Ahora falta que estos expertos hagan una propuesta formal por escrito que se debata en la Comisión de Salud Pública, si bien la modificación del uso de mascarilla compete al Consejo de Ministros.

Los expertos

Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), explica que en este momento “todavía parece de interés seguir manteniéndolas” en los centros sanitarios porque es un modo de “proteger de una mejor manera a las personas vulnerables” frente a virus respiratorios.

Admite que “es mucho más necesario en unos sitios que en otros”, pero dejarla en unas zonas sí y otras no haría “más difícil el cumplimiento de la utilización”.

Desde la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi), su presidenta, Juana Carretero, mantiene que la mascarilla debe adecuarse a la actual situación epidemiológica, que es de “baja peligrosidad” gracias a las altas coberturas vacunales, con la excepción de grupos especiales como los pacientes inmunodeprimidos u oncológicos.

Así, en áreas de especial riesgo donde se les atienda o de aislamiento, hay que “extremar las medidas de precaución”, pero en zonas de tránsito en los hospitales o en zonas donde no se atiende directamente a pacientes debería dejar de ser obligatoria.

Desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos estiman que en estos establecimientos deben “seguir todavía alerta” porque son el principal punto sanitario al que acuden los ciudadanos con sospechas de contagio en búsqueda de un test de autodiagnóstico.

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