El padre exige que el niño tenga la atención especial que requiere sin tener que cambiar de centro
Una huelga de hambre ante la Delegación de Educación de Sevilla es el último recurso que José C., padre de un niño de 6 años, ha encontrado para reclamar que su hijo tenga la atención especial que requiere en su colegio sin tener que cambiar y alejarse del centro de salud que garantiza su atención.
"Padre en huelga de hambre por la educación de mi hijo", reza la pancarta con la que José se ha plantado hoy ante las puertas de la Delegación, tan solo acompañado de una botella de bebida isotónica, que será su único alimento, y de tabaco para pasar las horas.
Aunque José prefiere no desvelar el problema de su hijo, éste necesita una atención total durante el horario escolar, pero según ha explicado a Efe sólo se le ha concedido un monitor parcialmente, por lo que la mitad de la mañana estaría desasistido en su centro, en Carmona, en el que acaba de pasar a Primaria tras haber cursado ya la Educación Infantil.
Ha asegurado que cuentan con los informes favorables del equipo de orientación de la zona, en el que se detalla que requiere una atención específica durante todo el horario escolar, además de los informes médicos, que aportaron durante el pasado curso.
Estos documentos, junto a que su hermano mayor también está matriculado en ese colegio y que está a dos minutos de un centro de salud parecían para José requisitos suficientes para conseguir esa atención especial completa, pero con el inicio de curso llegó la comunicación de que no iba a ser así, ha lamentado.
La solución que se le da desde la Delegación de Educación, ha agregado, supone cambiar a un centro más alejado, diferente al que ha tenido en los últimos años, diferente al de su hermano y, sobre todo, hasta a 40 minutos en ambulancia en caso de una crisis de salud de su hijo, por lo que existe el riesgo "de muerte súbita".
Después de haber enviado escritos y reclamaciones a la Junta, ha decidido comenzar hoy una huelga de hambre que ha afirmado que continuará hasta que a su hijo le otorguen "el derecho que tiene concedido oficialmente con sus partes médicos".
José dice que no comerá, solo tomará bebida isotónica y algún café, y además no autoriza a ningún médico o ambulancia a desalojarle "aunque esté en fase terminal".
Su lucha terminará cuando su hijo "tenga su derecho a una educación pública y de calidad en igualdad de condiciones que sus compañeros", ha agregado.
Mientras tanto, su hijo seguirá asistiendo a clase en su colegio porque solo tiene 6 años y no quiere que sufra más agravios, con una persona asistiéndole a tiempo parcial y el resto del horario, con el "sobreesfuerzo" que le han prometido hacer sus profesores.
