ERC y el PP se enzarzaron este mediodía en un cruce de insultos y descalificaciones en la Diputación Permanente del Congreso tras asegurar el portavoz de ERC, Joan Tardá, que el presidente de honor de los populares, Manuel Fraga, está 'manchado de sangre' por su etapa de ministro del franquismo.
La polémica se suscitó en la última sesión parlamentaria del Congreso, ya que las Cámaras se disolverán el próximo martes, cuando la Diputación Permanente debatía la propuesta del PP para poner en marcha el proceso de ilegalización de ANV-EAE y el PCTV-EHAK.
En un momento de su intervención, cuando hacía hincapié en que ANV luchó contra el franquismo, Tardá se preguntó 'dónde estaba entonces' Manuel Fraga, presidente de honor del PP.
'Mientras dure su raca-raca durará el mío --soltó a los miembros del Grupo Popular--. No tendrán credibilidad mientras tengan como presidente de honor a Manuel Fraga, manchado de sangre'. 'Duele, pero lo van oír', apostilló, ante las airadas protestas de los diputados del PP.
El portavoz republicano insistió asegurando que 'es un hecho objetivo' que Fraga 'comandaba las fuerzas represoras franquistas cuando cinco trabajadores murieron a manos de la Policía en 1976' (los sucesos de Vitoria) y que 'era ministro cuando se asesinó a Julián Grimau'.
'El mayor de los desprecios'
El portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, pidió la palabra para salir en amparo de su grupo y tachó de 'despreciables' las expresiones de Tardá, de quien dijo que sus intervenciones gozan de un 'respeto bastante bajo' en la Cámara y al que brindó 'el mayor de los desprecios' del PP.
Tras afirmar que Fraga tuvo una 'importante participación' en los 'grandes esfuerzos' para obtener la democracia y para permitir que hoy ERC puede defender unas ideas 'totalitarias y fascistas', Zaplana exigió la retirada de las descalificaciones hechas por Tardá.
No obstante, el dirigente de ERC se reafirmó en sus palabras y agregó que ninguna democracia europea permitiría que se concediese la presidencia de honor de un partido a una persona que hubiese participado 'activamente' en el gobierno de un dictador, pues, de hecho, recordó el caso de Kurt Waldheim, el ex presidente austriaco cuestionado tras descubrirse su colaboración con las SS del nazismo.
Por último, aseguró que no le importa 'lo más mínimo' lo que opine Zaplana sobre sus intervenciones. 'Soporto lo que me dice porque tenemos que convivir', apostilló.
En medio de la 'gresca' terció la vicepresidenta primera del Congreso, Carmen Calvo, que en esos momentos presidía la sesión y que propuso retirar las palabras 'ofensivas' de una y otra parte. En medio de sus diputados indignados, Zaplana resaltó que las palabras de Tardá suponían una 'imputación criminal' y que él no daba el visto bueno a retirar sus afirmaciones, que consideraba bien diferentes.
Imputación delictiva
Carmen Calvo recordó que el portavoz del PP también había calificado de 'fascista' a su homólogo de ERC e insistió en la conveniencia de zanjar el debate. Finalmente, y tras llamar la atención a Zaplana en varias ocasiones, anunció que ya decidiría las palabras que se retiraban del Diario de Sesiones.
Terminado el debate del orden del día de la Diputación Permanente, la vicepresidenta indicó a los periodistas que finalmente desaparecería del Boletín Oficial de las Cortes Generales la mención ofensiva hacia Fraga hecha por Tardá, dejando el resto de intervenciones en el Diario de Sesiones.
En un momento de su intervención, cuando hacía hincapié en que ANV luchó contra el franquismo, Tardá se preguntó 'dónde estaba entonces' Manuel Fraga, presidente de honor del PP.
'Mientras dure su raca-raca durará el mío --soltó a los miembros del Grupo Popular--. No tendrán credibilidad mientras tengan como presidente de honor a Manuel Fraga, manchado de sangre'. 'Duele, pero lo van oír', apostilló, ante las airadas protestas de los diputados del PP.
El portavoz republicano insistió asegurando que 'es un hecho objetivo' que Fraga 'comandaba las fuerzas represoras franquistas cuando cinco trabajadores murieron a manos de la Policía en 1976' (los sucesos de Vitoria) y que 'era ministro cuando se asesinó a Julián Grimau'.
'El mayor de los desprecios'
El portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, pidió la palabra para salir en amparo de su grupo y tachó de 'despreciables' las expresiones de Tardá, de quien dijo que sus intervenciones gozan de un 'respeto bastante bajo' en la Cámara y al que brindó 'el mayor de los desprecios' del PP.
Tras afirmar que Fraga tuvo una 'importante participación' en los 'grandes esfuerzos' para obtener la democracia y para permitir que hoy ERC puede defender unas ideas 'totalitarias y fascistas', Zaplana exigió la retirada de las descalificaciones hechas por Tardá.
No obstante, el dirigente de ERC se reafirmó en sus palabras y agregó que ninguna democracia europea permitiría que se concediese la presidencia de honor de un partido a una persona que hubiese participado 'activamente' en el gobierno de un dictador, pues, de hecho, recordó el caso de Kurt Waldheim, el ex presidente austriaco cuestionado tras descubrirse su colaboración con las SS del nazismo.
Por último, aseguró que no le importa 'lo más mínimo' lo que opine Zaplana sobre sus intervenciones. 'Soporto lo que me dice porque tenemos que convivir', apostilló.
En medio de la 'gresca' terció la vicepresidenta primera del Congreso, Carmen Calvo, que en esos momentos presidía la sesión y que propuso retirar las palabras 'ofensivas' de una y otra parte. En medio de sus diputados indignados, Zaplana resaltó que las palabras de Tardá suponían una 'imputación criminal' y que él no daba el visto bueno a retirar sus afirmaciones, que consideraba bien diferentes.
Imputación delictiva
Carmen Calvo recordó que el portavoz del PP también había calificado de 'fascista' a su homólogo de ERC e insistió en la conveniencia de zanjar el debate. Finalmente, y tras llamar la atención a Zaplana en varias ocasiones, anunció que ya decidiría las palabras que se retiraban del Diario de Sesiones.
Terminado el debate del orden del día de la Diputación Permanente, la vicepresidenta indicó a los periodistas que finalmente desaparecería del Boletín Oficial de las Cortes Generales la mención ofensiva hacia Fraga hecha por Tardá, dejando el resto de intervenciones en el Diario de Sesiones.
