Resultaron agraciados los trabajadores de varias empresas y muchas peñas de vecinos
María José Domínguez , de Jerez, acaba de recibir la notificación de desahucio y ahora tiene 20.000 euros para recuperar su casa. Margarita Cedeño Buste, de nacionalidad ecuatoriana, está en paro y fue una de las agraciadas del Gordo que lleva comprando desde hace 7 años en Mazarrón (Murcia). Jorge Martínez, de Valencia, también sin empleo y con tres hijos y con un décimo del Gordo en el bolsillo. Son sólo tres ejemplos de la esperanza y la ilusión que reparte el Sorteo de la Navidad y muy especialmente en los últimos años con el incremento del paro y de los desahucios en nuestro país.
Pero si algo dejan estos premios son anécdotas, como una joven que compró un décimo del 13.437 el domingo, el quinto premio que tocó en Bronchales, el pueblo de donde era el hombre que estampó su coche contra la sede del PP o los empleados del Museo de Cera de Madrid, que ganaron 64 millones.También en la capital hubo una gran sorpresa entre los trabajadores de un restaurante que compraron un décimo cada uno animados por su jefe ya que ellos en un principio se mostraron reacios a adquirirlo.
Muchos de los millones que repartieron ayer los bombos de la Lotería de Navidad viajaron en tren y autobús ya que algunos grandes premios se vendieron a pasajeros en estaciones, pero también la suerte se sirvió en muchos bares españoles, como auguraba el anuncio televisivo de Loterías de este año.n
