Los 'populares' defienden al acuerdo porque afirman que 'España entera se está jugando su credibilidad y su futuro'

PSOE y PP negocian contrarreloj para incorporar a CiU a la reforma

Una de las pancartas desplegadas por los 'indignados' ante la sede central del PSOE. (Foto: LUCA PIERGIOVANNI)
Una vez resuelto el problema de las disidencias internas en torno a la reforma constitucional para incluir un límite de déficit, el PSOE se propone recabar apoyos de los partidos minoritarios.
La formación de Ferraz y la de Génova se empeñan en obtener su respaldo, conscientes de que 'algunas de las cosas' que CiU y otros grupos piden a cambio son 'difíciles de incorporar en este proceso', afirmó José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno. Éste considera que los convergentes están haciendo 'una interpretación incorrecta' del 'impacto' que tendrán los cambios en 'el autogobierno y la autonomía financiera' y tratará de explicarles que las novedades no están relacionadas 'con la distribución territorial del poder'.

Zapatero admitió que la reforma se está haciendo en 'plazos muy perentorios', una celeridad que volvió a justificar, señalando que 'se hizo con la máxima velocidad porque lo necesitamos'. El jefe del Ejecutivo contactó por teléfono con los portavoces y los dirigentes de los partidos minoritarios, en especial, con CiU y PNV, en busca de su respaldo para sacar adelante la reforma constitucional con el máximo consenso posible. Todos ellos tienen hasta este jueves para presentar sus enmiendas parciales.

Los jeltzales reclaman que se incluyan el derecho a decidir y un reconocimiento a los territorios forales, para que puedan emitir deuda. Los convergentes piden que la Carta Magna recoja los límites a la solidaridad. PP y PSOE harán todo lo posible para lograr los apoyos, aunque Zapatero reconoce que hay 'algunas cosas difíciles de incorporar en este proceso de reforma'.

No obstante, el presidente señaló ayer que sus propuestas podrían tener 'algún espacio' en el posterior desarrollo legislativo, que 'tendrá un trámite de diálogo y negociación'. Zapatero considera que CiU está de acuerdo 'con el fondo' de los cambios, el principio de estabilidad financiera. En su opinión, las discrepancias convergentes tienen que ver con su 'configuración normativa'.


SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD

Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, hizo ayer unas duras declaraciones sobre una posible ruptura del proceso constitucional. Zapatero le pide que no abuse 'de los adjetivos en los discursos políticos' y que imponga 'el sentido de la responsabilidad en un momento tan decisivo para el conjunto de España'.

Como Zapatero, Cristóbal Montoro, coordinador de Economía del PP, reclamó 'prudencia' en los discursos políticos y mostró su disposición a abordar 'el mayor acuerdo político posible para llevar adelante la reforma'. El dirigente explicó que PP y PSOE están 'abiertos a las presencias e iniciativas de otras formaciones'. Por eso, aún no hay un 'pacto cerrado'.

El dirigente 'popular' hizo hincapié en que 'lo que está en juego en estos momentos es la credibilidad de España como miembro del euro' y aclaró: 'El planteamiento de la reforma no es el triunfo de ninguna ideología, sino la aplicación de reglas comunes y de sentido común, como equilibrar las cuentas públicas'.

Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, coincidió con él: 'Ahorrar no es de derechas o de izquierdas'. Además, 'entre los manirrotos que defienden una deuda excesiva y los fanáticos del déficit cero, están los socialdemócratas'.

La estabilidad presupuestaria es, para él, 'un dogma progresista'. En su opinión, la diferencia entre ideologías radica en cómo se gasta el dinero, cómo es la política fiscal y a quién se le suben los impuestos.

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