Alfonso Rueda habló en el Senado, a donde Pere Aragonés acudió para hablar sobre Cataluña
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, advirtió en el Senado que las negociaciones del PSOE con los partidos independentistas catalanes para conseguir la investidura de Pedro Sánchez “ponen en juego el futuro” de España por la “obsesión” del presidente en funciones por “mantenerse en el poder”, ya que sitúan sobre la mesa cuestiones que, dice, amenazan el equilibrio territorial al plantear cesiones “económicas, políticas y jurídicas” para Cataluña que “afectan directamente” al resto de comunidades.
En una intervención llevada a cabo en la Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta que dividió en una primera parte en gallego y la final en castellano, Rueda incidió en que la política nacional y autonómica no son “dos esferas diferentes” con “ejes diferentes”, sino que la primera debe “impregnarse” de los “intereses” de la segunda.
Tras tomar la palabra después de la intervención del president de la Generalitat, Pere Aragonès, en una comisión a la que, salvo el catalán, solo acudieron los mandatarios autonómicos del Partido Popular; Alfonso Rueda censuró que su homólogo en Cataluña abandonase la sala después de su discurso.
“Debería escuchar a los demás también, igual que lo hice yo y van a hacer el resto”, señaló el presidente gallego después de censurar que “se llame progreso” a lo que considera que es “pura involución”, en alusión a una posible ley de amnistía que, dice, supone una “marcha atrás en la convivencia”, “desaprender lo aprendido” y “tropezar en barreras superadas hace tiempo”.
Así, mostró su desacuerdo en “suprimir líneas rojas” que “todos” estaban “de acuerdo” en que “lo eran”, según Rueda, que defendió que con sus palabras en la Cámara Alta no quería “hablar en contra de nadie” ni “impedir nada”, sino “representar” a los gallegos.
“Los gallegos y gallegas no deseamos estar por encima de nadie, ni ser más que nadie. Pero por eso tampoco vamos a admitir que nadie pretenda estar por encima de los demás”, sentenció antes de subrayar que “es un error” creer que las decisiones que se adoptan en un territorio “no afectan al resto del país”.
