'El sacrificio de Carmen'

Me pregunto si de la generosidad demostrada por Carmen Chacón habrían sido capaces sus adversarios. Me lo pregunto porque la decisión de Carmen Chacón de no dar la batalla para liderar el PSOE deja un gusto agridulce. Agrio, porque cabe preguntarse por qué tiene que ser ella quien se sacrifique. Dulce porque es evidente que ese paso atrás le servirá de impulso para ganar el futuro.
Lo cierto es que los dirigentes socialistas no lo pueden estar haciendo peor y por eso sorprende que en medio del caos alguien, pongamos el nombre de Carmen Chacón, demuestre altura de miras, generosidad, seriedad y compromiso con su partido por encima de apetencias o intereses personales.

Desde el 22 de mayo los dirigentes socialistas parecen estar bloqueados por la enormidad de la derrota sufrida en las urnas. A partir de ahí han empezado a aflorar las tensiones internas, las distintas opiniones hasta ahora constreñidas.

Para seguir siendo presidente Zapatero necesita continuar al frente de la secretaria general del PSOE, de ahí el empeño de apoyar las primarias en vez de resolver de una vez por todas la crisis interna y de liderazgo eligiendo un nuevo secretario general y un nuevo equipo, amen de una nueva puesta a punto de ideas, en un congreso extraordinario.

Apartándose de la escena Carmen Chacón facilita que Zapatero, con el que lleva hecho un largo recorrido, salve la cara, no se cuestione su autoridad, amen de no contribuir al espectáculo que supondrían en estos momentos unas primarias con varios candidatos.

Chacón ha querido ser leal con Zapatero al que le debe lo mejor de su carrera política, y se lo ha pagado con creces, no solo retirándose sino asumiendo en público que se siente corresponsable de todo lo bueno y lo malo, de los éxitos y de los fracasos.

Pero el gesto de Chacón, que a ella la honra, no servirá para acallar el malestar en el seno del PSOE por más que intenten escenificar que no pasa nada y que todo transcurre según el guión previsto.

El PSOE sufre una grave crisis interna, y el Gobierno está en precario, tanto que a nadie se le escapa lo difícil que va a tener Zapatero presentar unos Presupuestos Generales del Estado para el año próximo. Y no porque no pueda obtener el apoyo de CiU o de PNV sino porque el precio a pagar por ese apoyo sería demasiado elevado.

El paso atrás de Carmen Chacón permite que Alfredo Pérez Rubalcaba, que es el candidato de amplios sectores del PSOE, pueda hacerse con el santo y seña pero sin tener que dar ninguna batalla pública, sino casi por decisión de sus iguales. Porque si no hay sorpresas, que siempre las puede haber, el PSOE convocará primarias pero como hay un solo candidato es como si no las convocara. De esa manera Zapatero salvaría su tambaleante autoridad.

Pero en esta obra que tiene a los socialistas como protagonistas aún pueden pasar muchas cosas. El sábado durante la celebración del Comité Federal puede pasar todo o nada, ahora mismo nadie es capaz de augurar lo que puede pasar.

En todo caso llama la atención lo mal que se van los presidentes de Gobierno de nuestra reciente democracia. Todos salen por la puerta falsa porque no saben retirarse a tiempo, y dejan su final en manos del destino caprichoso.

En el caso de Carmen Chacón lo que es evidente es que su paso atrás es un impulso hacia el futuro.

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