Urdangarin ordenó facturar trabajos que no se llevaron a cabo

El empresario valenciano Miguel Zorío, declaró que Iñaki Urdangarin le instó a cambiar el concepto de una factura de 241.971 euros, de la que el instituto Nóos se sirvió para lograr que la Generalitat Valenciana le abonase la anterior cantidad de cara a la organización de unos Juegos Europeos (JJEE) que nunca llegaron a celebrarse.
El dueño de la empresa Lobby de Comunicación fue el último de los tres imputados que declararon ayer en el Juzgado de Instrucción número 3 de Palma con relación a esta causa en la que se investiga el desvío de fondos públicos al instituto Nóos y a la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (Fdcis).

Zorío explicó que su empresa emitió esta factura el 31 de julio de 2006 bajo conceptos como la elaboración de planes de comunicación y de estudios estratégicos sobre atletismo y fútbol, susceptibles de encajar en los futuros JJEE pero ninguno de los cuales, según los investigadores, llegó a plasmarle en proyecto alguno.

Por su parte, el apoderado del duque de Palma en Aizoon, Mario Sorribas, declaró también como imputado y dijo que esta empresa -propiedad al 50% de Urdangarin y de la infanta Cristina- no tenía trabajadores.

También declaró el presunto testaferro Robert Cockx, quien admitió que cobró una comisión del 5% por permitir el ingreso de 300.000 euros procedentes de la trama en una cuenta suiza a nombre de su empresa Alternative General Service.

Las declaraciones de ayer comenzaron con un testigo, el empresario Álex Sánchez Mollinger que afirmó que él y Urdangarin cobraban 10.000 euros del Valencia Club de Fútbol por buscar patrocinadores, aunque no se materializara la operación.

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