El escueto mensaje enviado hoy por el presidente de Estados Unidos, George Bush, al jefe del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, por su victoria electoral ha vuelto a poner de relieve la falta de diálogo entre ambos y la relación estrictamente protocolaria que han mantenido desde 2004.
Tres días después del triunfo en las urnas y después de que le hubieran felicitado un amplio número de dirigentes extranjeros, Zapatero ha sabido en Bruselas, donde participa en la cumbre de la UE, de la carta remitida por Bush al Palacio de la Moncloa a través de su embajador en Madrid, Eduardo Aguirre.
De forma breve, Bush traslada a Zapatero y al PSOE su enhorabuena por los resultados de las elecciones y confía en seguir cooperando estrechamente en asuntos de interés común.
La manera de felicitarle difiere de la de hace cuatro años, cuando Bush telefoneó a Zapatero al día siguiente de derrotar a José María Aznar en unos comicios marcados por los atentados del 11-M.
En aquella ocasión, Bush también le expresó su deseo de trabajar juntos e impulsar las sólidas relaciones entre ambos países, lo que, según ambas Administraciones, se ha mantenido en estos cuatro años en todos los terrenos, como la lucha contra el terrorismo.
La frialdad que ha caracterizado la amistad personal surgió a partir del gesto de Zapatero de no levantarse al paso de la bandera de EEUU en el desfile de la Fiesta Nacional en octubre de 2003, seis meses después del comienzo de la guerra de Irak.
A este detalle se unió la decisión que propició el alejamiento definitivo, como fue la retirada de las tropas de Irak decretada por Zapatero el 18 de abril de 2004, recién investido presidente.
Al día siguiente, le llamó para informarle de su medida, en la que fue la última conversación telefónica mantenida entre ambos.
Desde entonces, los contactos han sido puramente protocolarios y no han ido más allá de breves encuentros en reuniones de la ONU y de la OTAN y del telegrama que Zapatero le envió el 3 de noviembre de 2004 para felicitarle por su reelección.
El jefe del Ejecutivo también telefoneó ese día a la Casa Blanca para darle la enhorabuena, pero Bush no le devolvió la llamada.
Ambos se conocieron personalmente el 27 de junio de 2004 en el marco de la cumbre de la Alianza Atlántica en Estambul.
El primer encuentro se limitó a una fugaz conversación -¿Que tal, George?, preguntó Zapatero a Bush, quien contestó en español: ¡muy bien, ¿y tú?-, aunque al día siguiente mantuvieron una sucinta entrevista en la que intercambiaron algunos puntos de vista.
Tres meses después, el presidente estadounidense recibió con un apretón de manos a Zapatero y a otros mandatarios en una recepción en la sede de Naciones Unidas, situación similar a la que se dio en febrero de 2005 en Bruselas en la cumbre de la Alianza Atlántica.
Volvieron a coincidir en Roma el 8 de abril de 2005 en el funeral por Juan Pablo II, donde Bush sólo saludó a los Reyes, y en noviembre de 2006 en una reunión de la OTAN en Riga, donde mantuvieron otra breve conversación.
La última ocasión en la que ambos se vieron fue el 24 de septiembre de 2007 en la sede de la ONU, cuando el presidente de EEUU le saludó con un hola, ¿cómo está? tendiéndole la mano; Zapatero respondió muy bien y Bush terminó el saludo con un good to see you again (me alegra verle de nuevo).
La atención que una vez más concitó este gesto llevó a Zapatero a manifestar su confianza en que el interés que generaba su relación con Bush no se convirtiera en una patología.
Tenemos una relación normal, nos saludamos normalmente, los dos sabemos que hemos discrepado en una cuestión central y nos respetamos como países que somos democráticos y libres y como personas educadas y correctas que ambos somos, dijo entonces.
La próxima ocasión en que se encontrarán será en una nueva cumbre de la OTAN, la que se celebrará en Bucarest los próximos 3 y 4 de abril.
