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¿Aplicamos el coaching para emprender?

¿Ya no se te ocurren más proyectos de negocio? Pues si es así, ha llegado el momento de analizar tu situación actual: tus apoyos sociales, tus apoyos económicos y tu momento personal.

En Hay una frase que leí hace tiempo y que desde entonces la aplico a mi vida personal y profesional y me gusta compartir con mis clientes y coachees (así se denomina a las personas que viven un proceso de coaching): La única diferencia entre un sueño y una meta es que esta última se consigue. Y está claro que el sueño de emprender se puede convertir en una fantástica realidad o quedarse en un sueño que nunca se llegue a cumplir. ¿En dónde está la diferencia?

Hoy me gustaría compartir con tod@s el proceso de coaching que comparto con las personas emprendedoras con las que colaboro, a fin de que puedas extrapolarlo a tus sueños y a tu empresa.

No conozco a ningún emprendedor de éxito que no haya soñado, en los inicios, con llegar a hacer realidad ese éxito. Así que te propongo que escribas todos aquellos proyectos empresariales que alguna vez hayas soñado o hayan pasado por tu mente. No te cortes, aunque te parezcan imposibles de alcanzar, porque con el tiempo te darás cuenta de que los “imposibles” también se llegan a cumplir. ¿Eres capaz de escribir al menos 10 proyecto empresariales?

¿Ya no se te ocurren más proyectos de negocio? Pues si es así, ha llegado el momento de analizar tu situación actual: tus apoyos sociales, tus apoyos económicos y tu momento personal. De momento no elimines ninguno de tus sueños, tan solo analiza con frialdad, como si te vieras a ti mismo desde fuera, cuál es tu situación actual. ¿Te animas a escribir un folio por las dos caras con tu situación personal actual?

En tercer lugar queda algo muy interesante por realizar y que te aclarará muchas de tus dudas: coge cada sueño que hayas escrito e intenta anticipar todos los obstáculos que crees que sucederán en el camino de emprender y alcanzar ese sueño. De hecho, aparte de anticipar esos obstáculos, piensa, razona y analiza cómo podrías salvarlos y eliminarlos. Créeme cuando te digo que es increíble el efecto que tiene visualizarte en el recorrido hacia tus sueños salvando obstáculos y barreras. Decía Walt Disney que “si se puede soñar, se puede lograr”. ¿Eres capaz de imaginarte a ti mism@ visualizándote en ese camino de salvar obstáculos?

Si te has dado cuenta, la primera parte del proceso es optimista y positiva en el sentido de que implica soñar. La segunda fase es más dura porque implica analizar nuestra realidad. Y la tercera fase vuelve a ser de ensoñación porque te permite recrear lo que será el camino. Así que en la cuarta fase volvemos a poner los pies en la tierra y a plantearnos una serie de preguntas que nos indiquen si nuestros recursos o la ausencia de éstos favorecen o dificultan el poner en marcha el proyecto empresarial. Por eso, con cada sueño que tuviste, analiza cuánto te costará económicamente ponerlo en marcha, plantéate si tienes o no ese dinero, analiza si podrías conseguir en el corto plazo ese dinero que te falta. Y por supuesto, deberías plantearte si tienes la formación y la preparación profesional necesarias para asumir las responsabilidades y funciones que implica emprender. ¿Has hecho ese auto-examen? ¿Y el resultado ha sido de aprobado o de suspenso?

¡¡¡Ahora sí!!! Ha llegado el momento de decidir cuál de esos sueños que escribiste es el que realmente se convertirá en meta. Después de este proceso de cuatro etapas ya tienes que tener (más) claro hacia dónde tienes que dirigir tus pasos. ¿Aún no lo tienes claro? Quizás entonces deberías volver a realizar el proceso que te he propuesto. ¿Ya lo tienes claro y decidido? Entonces, querido amigo, querida amiga, ha llegado el momento del compromiso y de la acción.

¿De dónde nace el compromiso? Especifica al máximo tu objetivo. Márcate un objetivo medible para saber si lo alcanzaste o no. No seas demasiado ambicioso en ese objetivo porque lo que se considera inalcanzable tiende a provocar la desmotivación. Pero genera un objetivo que suponga un reto, porque lo que es fácil de alcanzar provoca también desmotivación e inacción. Consensúa ese objetivo con alguien de tu entorno y haz público ese compromiso para facilitar el alcanzar esos sueños.

Ya solo te queda la ACCIÓN: probar, equivocarse, hacer, realizar, comprobar, escribir, abrir, cerrar, intentar, construir, edificar, analizar, participar, conseguir, fracasar, triunfar. Sea el verbo que sea, ha llegado el momento de transformar el sueño en una realidad tangible. Y nunca olvides que coaching significa entrenamiento, y que para adquirir una destreza (y emprender un negocio es una gran destreza) hay que practicar y entrenar todos los días nuestras habilidades.

¿Te apetece entrenar cada día?

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