VALOR NOMINAL

Fotografías que trascienden al valor de las imágenes

Elena Repetskaya es la firma de un estudio de fotografía que se ha especializado en los servicios artísticos y corporativos especializándose en el ámbito empresarial

Elena Repetskaya es la firma de un estudio de fotografía ubicado en el Parque Tecnolóxico de Galicia  desde hace tres años que ofrece servicios de fotografía artística y corporativa para el ámbito empresarial. También centra sus trabajos en el ámbito de la divulgación científica. 
Su promotora, que da nombre a la firma, es una profesional bielorrusa que llegó a Galicia por amor y aquí se afincó.

La oferta de su estudio abarca un campo amplio de disciplinas, desde reportajes familiares, bodas y celebraciones, moda y editoriales hasta la fotografía industrial, un campo tan amplio como la trayectoria vital de Elena Repetskaya, que se inicio  como enfermera en su país natal, compatibilizó este trabajo con el estudio de la carrera de ingeniería informática en la Universidad Biolorrusa-Rusa, campo en el que también se ocupó, hasta que dio el salto a la fotografía acompañándose de un grupo de fotógrafos originarios de  Maguilov reconocidos profesionales en el país. 
Pese al largo camino, su primer contacto con esta disciplina, la recuerda desde su niñez, junto a su padre, fotógrafo aficionado como muchos hombres de aquellos tiempos, típico de los años 80 en URSS.  El juguete preferido de Elena y su pequeño hermano recuerda, era una cámara réflex mecánica; una imagen, la de esa cámara,  grabada en su memoria,  que hila ahora el destino como una premonición.   

¿Qué le impactó a Elena de España cuando llegó? El Guernica, dice, y su mirada brilla de emoción. 
“Una obra maestra que representa el terror de la guerra... ya que la Segunda Guerra Mundial afectó mucho a mi país;  lo destrozó”, dice.
Sus clientes abarcan un amplio abanico de perfiles  desde gente que quiere tener una fotografía artística en su casa, estudios de arquitectura o empresas del sector agropecuario, del textil y  del aeronáutico, básicamente gallegas. 

Los precios de sus trabajos abarcan un abanico muy amplio lo mismo que los productos que realiza a la carta, desde los 150 euros de un pack básico a un importe variable dependiendo de la laboriosidad que requiera el cliente.  Con acabados que prepara ella misma en lienzos, álbumes  de cuarenta o  sesenta fotos singulares o en books.

Ningún equipo, confiesa, “puede hacer tus fotografías, quien las hace eres tu jugando con la luz”. En el campo de la iluminación trabaja con la marca Elinchrom, con sede y fábrica en Suiza, siempre a la vanguardia de la tecnología de iluminación, sus cámaras son Nikon porque ha sido fiel a su imagen  y para los trabajos de acabado usa Mac.

El proceso siempre es  artístico y personal, conoce primero el objeto de su enfoque,  la idea posterior conforma el marco de trabajo y luego llega el proceso de producción, un par de horas a lo sumo; aún queda después el trabajo en estudio de post-producción.    
Su bagaje formativo se fraguó con fotógrafos de ambito internacional  y ha recibido varios galardones como “mejor fotógrafa de bodas ” de su cuidad, Maguilov, que con quinientos mil habitantes es la tercera ciudad más grande de Bielorrusia.

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