El magistrado de la Audiencia Nacional hizo un extenso análisis de los casos de los que se ocupa este órgano judicial, analizando cada una de las tipologías de delitos. En síntesis, por la Audiencia Nacional -que nace tras la disolución del Tribunal de Orden Público en 1977- pasan los delitos contra la corona, ministros y otros organismos de la nación, narcotráfico; falsificación de monedas y tarjetas; delitos cometidos en el extranjero; extradiciones y órdenes europeas de detención; y los relacionados con el terrorismo. Este último tipo fue muy importante hasta hace relativamente poco tiempo, sobre todo por la actividad tanto de ETA, como del FRAP y del GRAPO, “todos igual de sanguinarios” y contra “los que no habría sido posible luchar desde los tribunales de los lugares donde se cometían los asesinatos”.
Con el tiempo empezaron a evolucionar los “grandes delitos económicos”, y lo han hecho hasta tal punto que son “el 50% del trabajo” que tienen los magistrados de este órgano. El juez destacó también la importancia que tiene el crimen organizado, especialmente en los últimos 15 años, por lo que sigue estando muy presente en las salas de la Audiencia Nacional, ya que supone el 20% del trabajo de los jueces que la forman.
En lo que respecta al terrorismo, ahora ya no tiene nada que ver con ETA, el FRAP o el GRAPO, que han sido sustituidos por el yihadismo. García-Castellón hizo una reflexión sobre este tipo de terroristas, “que están tan obnubilados que no se puede razonar con ellos. La yihad está esculpida a fuego en ellos”. Pero esto no es una cuestión exclusiva de los yihadistas, ya que al magistrado le recuerdan a las actitudes que tenían los presos de ETA. Insistiendo con la banda terrorista, relató la historia de cómo cayó el Comando Andalucía en una operación de seguimiento “desde Bayona, Francia, hasta la Costa del Sol, en el que estuvieron involucrados más de 200 vehículos”.
“Si yo me pregunto ahora. ¿Volvería a hacerlo? Sí, pero sabiendo más lo que hay allí detrás y lo que hay es muy desagradable”, destacó el juez. “Tiene sus satisfacciones cuando consigues algo”, indicó pero remarcó que hay muchos problemas contra los que luchar.
Por todo esto, García-Castellón considera a la Audiencia Nacional “un buque insignia de la defensa de la democracia y del Estado de derecho”.
