Rafael Salgado: “El Zamora 8 dejó en el Ourense del siglo pasado una gran marca”

En el marco del homenaje al Regimiento Zamora 8 por el 80 aniversario de su llegada a Ourense, el Foro La Región de ayer estuvo protagonizado por cinco veteranos del recordado regimiento militar. Pedro Seara, Antonio Alonso, Arturo Rodríguez, Rafael Salgado y Javier Freire fueron los componentes de una mesa redonda a modo de coloquio sobre la historia de la unidad militar y su relación con la ciudad. A modo de introducción se proyectó un vídeo con los testimonios de varios veteranos del servicio. Tras la proyección se pasó a relatar cómo era un día a día en el cuartel. “La noche anterior se te asignaba la orden de plaza y de cuerpo del día siguiente. Ahí se establecían las actividades a realizar. Todas las órdenes estaban precedidas del toque de corneta, posteriormente se formaba e izaba bandera”, explicó Arturo Rodríguez. El día continuaba con diversas actividades como la instrucción táctica y física, el paseo al ganado y pasar revistar al armamento. Una actividad fundamental en este tipo de regimientos eran las denominadas “imaginarias”. Un servicio que consistía en sustituir durante la noche al militar que realizaba también la guardia de orden. Los ponentes coincidieron en señalar la importancia que este cuartel tuvo para el Ourense del siglo XX. “El Regimiento Zamora 8 dejó marcada la ciudad en el siglo XX”, afirmó Rafael Salgado. En lo referente a la vida en el cuartel, Javier Freire se refirió a ello como “una ciudad en pequeño”. “Ese tipo de ciudad precisaba de dinero para funcionar. Hemos calculado que aproximadamente entre plazas de rancho -lo que consumía un militar al día en comida-, más lo que podía gastar el mando militar, estamos hablando de 350 millones de pesetas al año. Esto era mucho dinero para la época. Además, los 800 militares gastaban en los establecimientos de la ciudad, por lo que esto repercutía positivamente en la economía de Ourense”, afirmó Freire. El ponente lo comparó en la actualidad con lo que puede suponer económicamente para Ourense el CHUO o empresas como Coren. “Hacer la mili no solo era un servicio a la patria. Era algo que aprovechábamos para aprender valores. Para fomentar el compañerismo”, afirmó Rafael Salgado. De hecho, hoy en día la mayor parte de los veteranos conservan amistad con la mayoría de sus compañeros. También hubo tiempo para diversas anécdotas relacionadas con las guardias en el cementerio o los múltiples problemas que surgían en la cocina del cuartel. En Zamora 8 no solo se impartía instrucción militar, también contaba con programa de estudios de formación profesional. “Allí muchos soldados aprendieron fontanería, mecánica, peluquería y distintos oficios que le servirían posteriormente para su futuro laboral”, explicó Arturo Rodríguez. También hubo tiempo para que los asistentes, muchos de ellos también veteranos del Regimiento Zamora 8, expusieran sus anécdotas y experiencias en el servicio militar. Uno de ellos calificó de “infierno” aquellas tediosas guardias en O Cumial. También señaló una fecha que nunca olvidará “el día de Navidad de 1982, ya que me lo pasé limpiando cerdos. Lo cuento ahora y no me creen, pero esa era la realidad de la época”. Otros asistentes al Foro no fueron veteranos, sino que pertenecen a esa generación de hijos de militares que se criaron en Ourense gracias al cuartel. Como es el caso de Jose María Eguileta. “Yo llegué a Ourense con 7 años. Representó a esa sección que somos los hijos de los militares de aquella época. Mi padre venía con la idea de quedarse solo un año aquí, pero enganchó en el Zamora 8 y aquí estoy hoy. Esta ciudad nos acogió con los brazos abiertos. Mis dos hijos son ourensanos, con eso lo digo todo”, contó en su intervención. Al final del foro, hubo tiempo para homenajes a muchos de los veteranos fallecidos con el paso de los años. Con especial recuerdo para el coronel José García Calvo, más conocido como Willy