La periodista desgranó las formas de morir que tuvieron el autor de "Don Quijote", Shakespeare y el Inca Garcilaso
Coincidiendo con la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios, la periodista y escritora Nieves Concostrina ofreció en el Foro La Región la conferencia "Tres grandes en los huesos: Cervantes, Shakespeare y Garcilaso". El acto fue presentado por José Vicente Aparicio, representante de Funespaña, una de las 109 empresas participantes en Funergal. La sala del Centro Cultural Marcos Valcárcel se quedó pequeña para el público de Concostrina, galardonada recientemente con el Premio Ondas 2016.
La ponente desmintió la coincidencia histórica sobre la muerte de los tres escritores. "Ninguno de ellos murió el 23 de abril. En 1616, en España se regía por el calendario gregoriano y en Inglaterra por el juliano, y entre ambos había una diferencia de 11 días", indicó Concostrina. "Cuando Shakespeare murió, ya hacía 11 días que habíamos enterrado a Miguel de Cervantes", dijo la ponente. A pesar de ello, la Unesco decretó el 23 de abril como fecha clave para conmemorar el Día Mundial del Libro. "El novelista francés Víctor Hugo fue el primero que reparó en la coincidencia de las fechas. Publicó una biografía en la que recogía que Cervantes murió un 23 de abril, dato que después fue utilizado por la Unesco", explicó la ponente.
Concostrina también se mostró crítica con el tratamiento póstumo que tuvieron tres de los grandes escritores de la literatura universal. "Inglaterra conservó a Shakespeare y Newton. En España se perdió a Cervantes, Calderón, Velázquez, Lope de Vega y Murillo. Esto da una pista", puntualizó la ponente.
El Inca Garcilaso tiene dos tumbas, en Cuzco (Perú) y en Córdoba. "Las dos son auténticas", matizó Concostrina, que calificó de "farsa política" la tumba de Cervantes. "El máximo representante de las letras castellanas no ha aparecido. La búsqueda costó 124.000 euros y el convento de las Trinitarias cobra dos euros de donativo por una tumba en la que no se sabe si está", destacó la periodista. "Fue una investigación precipitada. Ana Botella quería dejar el Ayuntamiento de Madrid y quería hacerlo diciendo que gracias a su gestión se ha encontrado a Cervantes", concluyó Concostrina.
