Manuel Fernández Ordóñez: “La transición energética no puede realizarse con la tecnología actual”

¿Es sensato pensar en una transición energética inmediata? Para el experto Manuel Fernández Ordóñez, protagonista del Foro La Región de este jueves, no. Fernández es una de las voces defensoras de la energía nuclear como fuente generadora de energía libre de emisiones de dióxido de carbono (CO2); fuente que, a día de hoy, todavía produce más energía eléctrica que el conjunto de todas las renovables “sin depender de los vaivenes del clima como la eólica o la solar”. Por esto cree que es una de las fuentes de energía que deben ser básicas para el futuro a corto y medio plazo, mientras tardamos “décadas y décadas” en completar el paso hacia las renovables. El divulgador fue presentado por el físico nuclear y colaborador de La Región, Jacinto Seara, quien destacó la última obra del ponente, “Nucleares: sí, por favor”. Inició la conferencia con un repaso a la historia de la energía y el ser humano, desde los neandertales hasta casi la actualidad, afirmando que “el éxito del ser humano ha sido externalizar la energía, porque no habríamos logrado nada con la fuerza de nuestros músculos”. La primera externalización, por ejemplo, fue el fuego. La segunda, ya correspondiente al homo sapiens y que llegó en el 10.000 antes de Cristo, fue la agricultura, que no es más que “aprovechar la energía del sol para cultivar”. El XVIII es el siglo clave, de la mano de la revolución industrial inglesa y la llegada de recursos como el carbón, petróleo y gas. Ya en el siglo XX aparece la energía nuclear. “Jamás hubiéramos sido lo que somos sin haber dominado fuentes de energía con cada vez mayor densidad energética”, afirmó. Para ejemplificar la importancia de esto, Fernández contó la historia de que el campeón del mundo de ciclismo en pista no sería capaz de calentar un vaso de leche en un microondas. El problema de la energía Fernández Ordóñez expuso que para reducir la cantidad de emisiones de CO2 hay que reducir uno de estos cuatro factores: la población mundial, el PIB per cápita, la intensidad energética (relación entre la energía necesaria para crear un dólar de PIB), y la intensidad de carbono (ritmo de emisión de un determinado contaminante durante una actividad). Así, mostró como los dos primeros factores “se han disparado” mientras que los otros dos “se han reducido muy poco o se han mantenido casi invariables”. Manuel Fernández Ordóñez, durante su intervención. FOTO: ÓSCAR PINAL Es por esta razón por la que “las emisiones de dióxido de carbono no han dejado de crecer en los últimos años”. Así, expuso un gráfico en el que se podía observar claramente la evolución de las emisiones desde el 1990 hasta el 2021. “Pese a todo lo que digan los políticos y todas las cumbres climáticas, lo cierto es que emitimos más que nunca”, sentenció. En esa gráfica tan solo se apreciaban dos descensos en las emisiones: la primera en 2009, causada por el drástico descenso del PIB per cápita (uno de esos factores influyentes) de la crisis económica; y la segunda en 2020, por obvias consecuencias derivadas del covid. Los combustibles fósiles producen, a día de hoy, el 84% de la energía que se consume a nivel mundial. “El mundo es fósil, y menos mal”, afirmó el experto. A continuación, expuso los países más emisores de gases contaminantes y, si bien China es hoy el que más emite del mundo, “no tenemos ninguna potestad para recriminarle nada, ya que Europa y Estados Unidos son los que más han emitido en los últimos 200 años”, haciendo una unión entre el desarrollo económico y el consumo energético. Abordando el tema de la transición energética, aseguró que “es completamente imposible ser neutros en emisiones ni en 2050 ni en 2100”. Para argumentar esta posición puso el siguiente ejemplo: en 2022 el consumo de combustibles fósiles en el mundo es de 13.000 teravatios/hora y, para reducir todo eso en los aproximadamente 10.000 días que quedan hasta 2050 sería necesario reducir 13 teravatios/hora al día, teniendo en cuenta que un teravatio equivale a mil millones de kilovatios/hora. Con todo, para lograr este objetivo, “sería necesario instalar 40 millones de paneles solares al día durante los próximos 10.000 días. O abrir una central nuclear cada dos días”. Así, Fernández Ordóñez indicó que el problema de la energía “es triple, y la solución se encuentra en el término medio entre la sostenibilidad medioambiental, la sostenibilidad económica y la seguridad del suministro”. Además, cerró esta parte afirmando que “la transición energética no podrá tener lugar con las tecnologías que existen hoy en día”. Energía nuclear Para cerrar, Fernández Ordóñez abundó en las ventajas que, a su juicio, tiene la energía nuclear. Por una parte, indicó que “ya es una realidad, ya existe”, a lo que sumó otra serie de virtudes como que “no emite gases de efecto invernadero; disminuye la huella de carbono; reduce los precios de la electricidad; reduce la quema de combustibles fósiles; reduce la dependencia energética exterior; asegura un suministro estable; genera empleo de calidad; reduce el impacto en el ecosistema, e incluso puede producir hidrógeno o desalar agua”.