Jordi Sierra i Fabra: “Mi padre se echaba a llorar cuando me sorprendía escribiendo de niño”

Jordi Sierra i Fabra repasó ayer sus 50 años de trayectoria literaria en el Foro La Región, celebrado en el Centro Cultural Marcos Valcárcel a las 20,30 horas. Antes de arrancar, el escritor estuvo bromeando con el público e incluso advirtió de que comprasen su libro antes de la ponencia, ya que “después de conocerme, no lo vais a querer comprar”. El barcelonés estuvo presentado por el periodista musical especializado en rock y colaborador de La Región, Mariano Muniesa, quien destacó del conferenciante una biografía que hizo de Rod Stewart en 1979 y que fue el origen de su asistencia al Foro La Región, además de ensalzar la figura pionera pero cercana y sencilla de Sierra i Fabra. Además, también reivindicó algunas de las obras menos conocidas del novelista e incluso instó a TVE que adapte sus libros a una serie televisiva. Jordi Sierra i Fabra inició su ponencia asegurando que “mi obra es seria, yo no”. Antes de pedir preguntas al público apuntó tres cosas: “Doy charlas porque ningún escritor venía a mi escuela a contar nada. Me importa muy poco lo que la gente piense de mí porque soy feliz haciendo lo que hago y si me escucháis tartamudear no es que esté nervioso, es que soy tartamudo”. La primera pregunta llegó de una niña sobre el método de escribir y, concretamente, sobre el libro “La música del viento”, que relata la historia de una tienda de alfombras que tiene a niños esclavizados. Sobre esta novela, aseguró que “está basada en hechos reales porque me pasó cuando estuve en la India”. Después, apuntó sus tres fuentes de inspiración: “Los periódicos, viajar y lo que se me ocurre”. Con todo, apuntó que “al día tengo 100 ideas, de las que 20 ‘cogen tierra’, 5 brotan y una se convierte en un libro”. En un tono muy distendido y directo, la conversación fluía entre el ponente y el público. La segunda pregunta abordó la faceta musical de Sierra i Fabra, cuando un asistente le preguntó acerca de seguir las corrientes y no sacar en los medios especializados a grupos menos conocidos, a lo que el catalán le espetó que “yo saqué a Elton John cuando nadie lo conocía. Es más, la gente se quejaba porque en la portada de Disco Expres no salían los grupos más conocidos. Es un orgullo para mí”. Convertirse en escritor La tartamudez le provocó muchos problemas de relación en su infancia y por eso “leía un libro al día, y eso me salvó la vida”. Pero la forma de conseguir el libro también era dramática, ya que tenía que vender lo que le daban los vecinos al ir a la escuela para conseguir 2 reales para alquilar un libro de segunda mano. En la escuela la situación era igualmente dura, ya que tanto compañeros como profesores se reían de él, “pero eso me hizo más fuerte porque yo tenía el sueño de ser escritor”. Esa confianza tampoco podía encontrarla en casa, ya que “mi padre se echaba a llorar cada vez que me pillaba escribiendo, pero yo sabía que quería escribir y sabía quien era”. Un accidente contra una puerta de cristal a los 8 años le hizo darse cuenta de que quería ser escritor. Con ocho años y un brazo inmovilizado, escribió su primer cuento en el hospital. A los 10, ya eran novelas de 100. A los 12 años, para un ejercicio de redacción, escribió la historia de un extraterrestre que se perdía en la Tierra, por la que le pusieron un 0 y le dijeron que “dejase de soñar con ser escritor y buscase un trabajo”. “¿Conocéis E.T.? Spielberg me copió el cuento que escribí con 12 años”, dijo entre carcajadas. “Por eso me horroriza eso de estudiar algo con salida. ¿Qué somos, autopistas?”, insistió entre risas. No fue hasta que conoció a su esposa, hace 53 años, que alguien que no fuera él confió en su sueño de ser escritor. “Era el año 76 y le dije que quería dejar la vida de ‘vip rockero’ porque quería ser escritor y solo me dijo: ‘Ya comeremos”. Un libro clave El libro que marcó la vida de Jordi Sierra i Fabra fue “El manantial”, de Ayn Rand. Este libro narra la historia de un arquitecto que solo accedía a hacer un proyecto bajo sus términos y no permitía que nadie tocase su obra, algo que el escritor ha trasladado a su vida. “Cuando un libro mío llega a una editorial, solamente hay dos opciones: sí o no”, subrayó, al tiempo que incidió en que “nunca he accedido a ningún tipo de censura y nadie ha tocado jamás mis libros”. Además, aseguró que “no corrijo nada ni leo mis libros, total, ya sé como acaban”. Es tanta la huella que ha dejado esta obra en el escritor que siempre lleva en el móvil el alegato que Gary Cooper -en la versión cinematográfica- da al jurado por haber destruido la ciudad que había levantado. Por último, Sierra i Fabra hizo mención a los cinco pilares que han marcado su obra: “Paz, amor, respeto, honradez y esperanza. Es algo que podréis encontrar en cada uno de los 540 libros que tengo publicados”, sentenció. Así, el público brindó una cerrada ovación al novelista después de una charla en la que jóvenes y mayores salieron con una sonrisa y una dedicatoria en sus libros.