Sigue en directo el Foro La Región de esta tarde, que se desplaza hasta O Carballiño para celebrar, a partir de las 20,15 horas en la Casa da Cultura, la conferencia "Planificar en tiempos de incertidumbre. Ciudades sostenibles, seguras y saludable" del profesor emérito de la Universidad Politécnica de Madrid y catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio, José Fariña.
El título de la conferencia suena idílico, ¿no es una utopía?
No, para nada. Eso es lo que hay que conseguir, hacia donde tenemos que tender. Ciudades que tengan las tres eses: sostenibles, seguras y saludables. El problema es que estamos en un momento muy complicado donde no sabemos qué es lo que va a venir. Se habla de crisis, de evolución del sistema territorial, incluso de metamorfosis. De eso va la conferencia.
¿Nos mostrará alguna salida?
Más bien voy a hablar de las cosas que no se deben hacer. Entre ellas no hacer cosas que sean irreversibles, por ejemplo no cementar un ecosistema. Luego, hay que lograr que el sistema sea más eficiente, a ver si conseguimos más bienestar con la menor utilización de los recursos posible; y también el límite entre la ciudad y el territorio, ver de qué manera podemos llegar a reducir los transportes horizontales. No puede ser que pongamos en la mesa espárragos de Perú que han recorrido 10.000 kilómetros o que la Ciudad de la Cultura de Santiago, en lugar de ponerle piedra que viene de Brasil, ¡por Dios usa la gallega!
¿Sigue hablando de arquitectura?
Estoy hablando de todo. La arquitectura es una parte pequeña del planteamiento que hay que empezar a hacer a nivel global, pero en arquitectura es más sencillo y ya se están intentando hacer cosas que no sean irreversibles, que sean reutilizables. El problema está en el urbanismo, en la ordenación del territorio y en ver qué hacemos con el y con nuestras ciudades. De alguna manera hay que reducir distancias, lo que implica muchas más cosas.
¿Quién debe capitanear este cambio de rumbo?
Es imprescindible un acuerdo social muy diferente al que hay ahora mismo. Todo esto no se puede hacer solo porque lo digan tres técnicos o un político que está rascando los bajos fondos de la sociedad para sacar votos. Necesitamos políticos que de verdad planteen proyectos de futuro, que nos expliquen adecuadamente y que se auxilien de técnicos con capacidad de trasmitir problemas y soluciones.
¿Cómo se puede llevar a cabo todo esto habiendo realidades tan diferentes como el rural y el urbano?
Lo primero que discuto cuando hablamos de esto es ¿existe realmente el mundo rural hoy o no? Antes, lo que les diferenciaba básicamente era el modo de vida y ahora no hay diferencias de ese tipo. Lo que hay son oficios distintos y lo que requiere el mundo rural son servicios urbanos.
¿Es posible ofrecer servicios urbanos en un territorio diseminado como el gallego?
Seguramente es imposible. Todo eso hay que replantearlo. A mis alumnos siempre les cuento que, en mi niñez, todos los días, a las 20,00 horas, acudíamos a toque de campana de la iglesia a escuchar en la radio "Superman" . Un día, a la Ser se le ocurrió cambiarlo a las 20,20 horas y ya fue necesario el reloj. Se acabó el mundo rural. Cuando necesitas el reloj, se acaba un modo de vida y empieza otro. Y eso pasa con todo. Estas viendo continuamente modas y formas de vida y los imitas, claro ¡es normal!
No parece nada sencillo
Claro, por eso digo de planificar en tiempos inciertos. Lo que está claro es que el sistema, si no tememos el control de ajuste, se va a ajustar solo. Si eso ocurre, mucha gente va a sufrir y eso es lo que tenemos que evitar.
