Un conductor coruñés de treinta años batió el récord gallego en un control de alcoholemia, al multiplicar por siete la tasa permitida con la agravante de contar con una suspensión judicial de su permiso para circular hasta el año 2025. En la noche del pasado miércoles, la Policía Local de A Coruña se encontró con un individuo que acumula más años de suspensión del permiso de conducir que los que lleva con él, informó este cuerpo.
Eran las 22,30 horas cuando los agentes lo interceptaron en la ronda de Outeiro a la altura de la avenida de Arteixo, con claros síntomas de conducir ebrio. Tras darle el alto en una de las zonas más transitadas de la ciudad, y más estos días en los que hay una avalancha de personas que se dirigen al centro comercial Dolce Vita para aprovechar la liquidación, procedieron a realizar el control de alcoholemia, con resultados alarmantes.
Aunque el límite está en 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, este conductor de treinta años tuvo un primer resultado de 1,70 y un segundo, pasados unos minutos, de 1,74. Estas cifras son las más altas registradas en la ciudad e igualan a las registradas en 2008 por un ourensano. Seguramente son los números más altos de la comunidad gallega.
Esta persona tiene una suspensión judicial que le prohíbe conducir hasta el 31 de octubre de 2015, antes de que empiecen otras dos de tres años y una a mayores de cuatro años, que duran hasta 2025.
Aunque el límite está en 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, este conductor de treinta años tuvo un primer resultado de 1,70 y un segundo, pasados unos minutos, de 1,74. Estas cifras son las más altas registradas en la ciudad e igualan a las registradas en 2008 por un ourensano. Seguramente son los números más altos de la comunidad gallega.
Esta persona tiene una suspensión judicial que le prohíbe conducir hasta el 31 de octubre de 2015, antes de que empiecen otras dos de tres años y una a mayores de cuatro años, que duran hasta 2025.
