Un niño de cuatro años murió en la piscina del centro, en marzo de 2009, durante una actividad escolar

La dirección del Liceo coruñés, juzgada por un ahogamiento

Un momento del juicio que se celebra en A Coruña por la muerte del niño Diego Novo. (Foto: CABALAR)
Directivos del Colegio Liceo la Paz de A Coruña, donde en marzo de 2009 falleció el niño de cuatro años Diego Novo durante una actividad escolar en la piscina, defendieron, en el juicio que comenzó ayer, que se cumplieron las normas de seguridad. Mientras, el socorrista y la monitora presentes ese día en la clase se responsabilizaron mutuamente de su supervisión, al tiempo que admitieron que, en ocasiones, estaban 'desbordados'.
Por estos hechos, se sientan en el banquillo de los acusados los dos propietarios del colegio; el jefe de estudios; el director técnico; el coordinador de la piscina; la monitora y el socorrista, todos ellos acusados de un delito de homicidio por imprudencia por el que se piden penas de cuatro y tres años de cárcel para cada uno de ellos.

Los dos primeros se acogieron a su derecho a no declarar alegando su avanzada edad -uno de ellos tiene 84 años- y que su estado de salud no era 'bueno', dijo uno de los propietarios. El otro, por su parte, señaló que no lo hacía por estar 'muy afectado' por la muerte del niño.

Los demás acusados sí lo hicieron, manteniendo el mismo discurso respecto a las normas de seguridad en la piscina. Frente al argumento de la Fiscalía y la acusación particular -que representa a los padres- y que sostienen que no se cumplieron todas las medidas, los demás procesados negaron este extremo. El más tajante fue el director técnico. 'Todos hemos actuado lo mejor posible y si no es bueno, qué le vamos a hacer', llegó a decir este acusado, para quien 'todo estaba bien organizado'. Mientras, el coordinador de la piscina y los dos acusados argumentaron que el personal existente ese día -una monitora y un socorrista- era 'suficiente'.

No obstante, el socorrista y la monitora encargados de la supervisión del grupo de Diego Novo -integrado por 13 niños- admitieron que, en ocasiones, se sentían 'desbordados'.

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