VERANO

Las estrellas lloran sobre las Cíes

La cara oeste de Cíes, por donde se pone el sol, carece de contaminación lumínica para contemplar el cielo.
photo_camera La cara oeste de Cíes, por donde se pone el sol, carece de contaminación lumínica para contemplar el cielo.

Según Destino Turístico Starlight, las islas son uno de los mejores lugares para observar los eventos astronómicos que depara agosto

Hubo un tiempo en el que los vigueses podían alzar su mirada al cielo nocturno y observar la Vía Láctea. Hoy, esa imagen es imposible de divisar en el municipio debido a la contaminación lumínica... En todo, no. Todavía nos queda el cielo estrellado de las islas Cíes.

El archipiélago, 'joya de la corona' del Parque Nacional Illas Atlánticas y para el que el Concello de Vigo aspira a que la Unesco reconozca como Patrimonio de la Humanidad, goza desde hace un año de la categoría de Destino Starlight, un sello que acredita su interés para la observación de estrellas. Desde la obtención de esta certificación, varias han sido las iniciativas llevadas a cabo, con visitas guiadas y la celebración, hace escasos días, de un maratón para que los aficionados a la fotografía astronómica —que cada vez son más— pudiesen captar la mejor imagen que las islas ofrecen como ventana abierta al universo.

El secreto de esta condición de privilegiado observatorio astronómico se encuentra en su ubicación, como puerta del Atlántico que por su cara oeste mira al océano abierto, justo por donde se pone el sol, lo que permite contemplar perfectamente las estrellas y otros cuerpos celestes, como la próxima lluvia de las Perseidas. “Al estar ligeramente apartadas hacia el mar de los núcleos urbanos, Cíes, en los sitios que no le da la luz de Vigo, presenta un cielo interesante. Las actividades que se realizan como Destino Starlight permiten llevar a la gente a esos lugares para que vean lo que se están perdiendo y que se podría observar, en otras circunstancias, casi desde la calle del Príncipe”. Quien así habla es el vigués Enrique Alonso, miembro de la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura que, entre otras líneas de trabajo, se encarga del Observatorio Astronómico de Forcarei y de las observaciones abiertas al público que este verano se realizan los sábados en Vigozoo (sus próximas actividades, para los días 11 y 12 de agosto, pueden consultarse en su web: fc3.es).

Alonso insiste en resaltar la importancia del sello Destino Starlight como toque de atención sobre los efectos negativos de la contaminación lumínica, desde el punto de vista del ahorro energético y, sobre todo, mediambiental. “Hay mucha y muy mala luz que se desperdicia y de la que la gente que no está relacionada con el mundo astronómico no es consciente. Ya hay algunas ciudades en las que los pájaros cantan por la noche”, destaca.

Avalando sus palabras están las cifras: algunas investigaciones científicas señalan que el 80 % de la población mundial vive bajo cielos con una alta contaminación lumínica, una proporción que en Europa llega al 60%, lo que se traduce en que más de un tercio de la humanidad no puede ver la Vía Láctea, nuestra propia galaxia.

La preocupación por este fenómeno se integra dentro de una corriente mundial y ya hay numerosos especialistas que trabajan en esta materia, incluso desde la Universidad de Vigo, que cuenta con su propia área de Astronomía y Astrofísica.

Pero, ¿qué se puede ver desde Cíes? “En una noche sin luna se aprecia bien la Vía Láctea”, contesta Alonso. Todo un lujo si pensamos en las cifras antes expuestas. “Si el cielo es bueno se nota como una nube alargada que va de norte a sur”, agrega. Y es que la imagen que nos llega es la de nuestra propia galaxia vista desde fuera, como de perfil, y en Cíes es posible disfrutar de ella gracias a su calidad del cielo, que se determina a través de una serie de mediciones que se realizan durante todo el año. Como explica el portavoz de la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura, no todos los cielos son iguales y Galicia tiene un hándicap: la humedad. “Por nuestro clima, aunque el cielo esté despejado, no es igual que en Canarias, de clima más seco, lo que permite que el cielo sea más transparente”. Pero Cíes ha pasado todos estos exámenes y exhaustivos controles que exige la Fundación Starlight para conceder su credencial: cielo despejado más de un 50%; oscuridad del cielo de más de 21 mag/arcsec2 (la magnitud con la que se mide el brillo aparente de galaxias y nebulosas); nitidez (seeing o capacidad de distinguir dos objetos celestes muy cercanos entre sí) menor o igual a 3 segundos; y una transparencia de 6 mag. Solo así ha podido entrar en este selecto club, al que ahora solo pertenecen 17 cielos en todo el mundo, entre ellos el también gallego de Trevinca. 

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