JUICIO

El autor del crimen de Narón intentó decapitar a la víctima

Los peritos forense exponen la "violencia extrema" empleada por Óscar García Tenreiro 

Los médicos forenses que examinaron el cuerpo de la mujer que fue degollada por su exnovio en la localidad coruñesa de Narón el 25 de junio de 2012 han explicado hoy en sede judicial que creen que el autor actuó por la espalda y que ella no se defendió.

La sección primera de la Audiencia Provincial acoge desde el pasado lunes el juicio oral por estos hechos que acabaron con la vida de Iria G.B., que tenía veintiocho años cuando murió, y que el fiscal ha calificado de asesinato, con una pena de veinte años, mientras que la defensa sostiene que se trata de un homicidio por no existir premeditación, penado con diez a quince años de prisión.

La fiscalía y la acusación particular acusan a Óscar José F.F., que entonces tenía 38 años, de estar apostado el día de los hechos oculto entre unos matorrales a la espera de que llegase la que había sido su pareja hasta el mes de diciembre de 2010, un año y medio antes, aunque él asegura que siguieron viéndose.

"Al detectar su presencia en dicho lugar y con ánimo de acabar con su vida, de forma sorpresiva se abalanzó por detrás de ella y valiéndose de un objeto cortante extremadamente filoso (...) le causó diferentes heridas, seccionándole completamente la tráquea entre el primer y segundo anillo, la vena yugular izquierda, la arteria carótida izquierda y ambos músculos trapecios", explica el fiscal.

En la sesión de hoy, la penúltima antes de las conclusiones y el veredicto previstos para mañana, han comparecido dos médicos forenses que participaron en el levantamiento del cadáver y en el examen del cuerpo, que han dictaminado que las heridas en el cuello de la víctima, que cifran en cinco o seis, se produjeron desde el lado derecho al izquierdo.

Esto indica que, probablemente, la persona que las produjo actuó por la espalda de la víctima "con fuerza y precisión" y creen que la herida que acabó necesariamente con su vida al seccionar la tráquea y varios vasos importantes se hizo mientras se agarraba a la mujer por el pelo echándole la cabeza hacia atrás.

No observaron heridas de defensa en la joven, que sí tenía dos heridas de reacción "instintivas" y "escasas" en las manos, mientras que las lesiones acabaron con todos los tejidos blandos y fueron "tendentes casi a una decapitación" solo evitada por "la columna vertebral", que el instrumento utilizado llegó a tocar.

Ambos han confirmado la gravedad de las lesiones junto con una herida "leve" que indica "sometimiento" en la parte superior de la cabeza, pero no han sabido precisar la posición en la que estaba la víctima en aquel momento, aunque han declarado que si bien se trató de una "hemorragia masiva" no tuvo que existir necesariamente proyección de sangre porque el corte arterial no fue completo.

El médico de Urgencias Sanitarias 061 que acudió a asistir a la víctima ha dicho que "no tenía mucho que hacer" porque "las lesiones eran totalmente incompatibles con la vida, por eso no se intentó nada", y se ha confirmado, por parte de una especialista, que la víctima no había consumido tóxicos.

La policía científica determinó en su momento que la sangre en la ropa del autor confeso de los hechos era de la fallecida y dos médicos que lo examinaron entonces han comentado que el acusado no tiene "antecedentes psiquiátricos".

"En un momento determinado con unas circunstancias determinadas, una persona puede salirse de sus casillas. Se puede tener un arrebato. En principio, cualquier persona puede perder el control", ha dicho un psiquiatra.

Una amiga de esta expareja ha dicho que la joven había puesto "denuncias falsas contra él" y que "se había roto un par de uñas" para fastidiarlo, si bien no le tenía miedo, ha dicho, y ha añadido que había escuchado del agresor "que era para él o para nadie".

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