El maquinista del tren que no paró en el paso a nivel de la localidad pontevedresa de Valga y arrolló en 2007 a un coche ocupado por tres personas que fallecieron en el acto admitió ayer que cometió un 'error' y pidió perdón a las familias de las víctimas, asegurando que su intención nunca fue hacer daño. 'Ese día cometí el error más grande de toda mi vida', declaró Miguel G.L., que el 25 de abril de 2007 cubría el trayecto A Coruña-Vigo cuando a las 13.00 horas varios coches aguardaban en el paso a nivel de Valga para cruzar la vía. Las barreras que les impedían el paso se levantaron y empezaron a cruzar la vía, sin per
'Ese día cometí el error más grande de toda mi vida', declaró Miguel G.L., que el 25 de abril de 2007 cubría el trayecto A Coruña-Vigo cuando a las 13.00 horas varios coches aguardaban en el paso a nivel de Valga para cruzar la vía. Las barreras que les impedían el paso se levantaron y empezaron a cruzar la vía, sin percatarse de que se acercaba el tren.
La visibilidad era mala debido a que la maleza crecía descontrolada y no sonó el silbato que anuncia la proximidad del convoy, según coincidieron en señalar los testigos que declararon en el juicio en el Juzgado número 3 de Pontevedra. El coche ocupado por José García Bejo, de 47 años; Jesús Martínez Senín, de 54 años, y el hijo de este último, Roberto Martínez Ríos, tres albañiles que iban a casa a comer, fue embestido por el tren y arrastrado varios metros.
El maquinista reconoció que actuó 'mecánicamente' desactivando un sistema de seguridad que habría frenado el tren, ante un paso a nivel desprotegido. El Fiscal mantuvo la acusación de homicidio por imprudencia y solicitó una pena de tres años de prisión.
La visibilidad era mala debido a que la maleza crecía descontrolada y no sonó el silbato que anuncia la proximidad del convoy, según coincidieron en señalar los testigos que declararon en el juicio en el Juzgado número 3 de Pontevedra. El coche ocupado por José García Bejo, de 47 años; Jesús Martínez Senín, de 54 años, y el hijo de este último, Roberto Martínez Ríos, tres albañiles que iban a casa a comer, fue embestido por el tren y arrastrado varios metros.
El maquinista reconoció que actuó 'mecánicamente' desactivando un sistema de seguridad que habría frenado el tren, ante un paso a nivel desprotegido. El Fiscal mantuvo la acusación de homicidio por imprudencia y solicitó una pena de tres años de prisión.
