La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, aseguró que su departamento estudiará cada caso particularmente con el fin de conceder la nacionalidad a los descendientes de emigrantes españoles, tras admitir que la casuística es muy compleja. No se puede generalizar, resolvió.
En declaraciones, confirmó que esta semana se firmará la instrucción que habilita el proceso, por lo que proclamó que el compromiso electoral de conceder la nacionalidad española a los descendientes de emigrantes está cumplido. Precisamente, defendió que la disposición séptima de la Ley de Memoria Histórica servirá para materializar lo previsto en el Estatuto de Ciudadanía Exterior; y criticó que el PP fue el único partido que votó en contra.
En cualquier caso, celebró que la instrucción dará desarrollo al compromiso con el fin de desterrar agravios históricos con respecto a los descendientes de españoles, ya que, como nunca se había hecho, se facilita el acceso a la nacionalidad. El Gobierno podría haber optado por una vía menos ambiciosa y de menos calado, consideró, y contrapuso que en cambio, actuó con responsabilidad y generosidad.
De este modo, concluyó que el Gobierno estuvo a la altura de la responsabilidad histórica con la emigración e incidió en que ninguna otra reforma del acceso a la nacionalidad para descendientes tuvo el alcance y la trascendencia que tendrá ésta, ya que, según justificó, muchas personas perdieron su nacionalidad o no pudieron transmitírsela a sus hijos. Por ello, aplaudió que reparará varias injusticias cometidas sobre los que tuvieron que irse por la Guerra Civil.
DOS SUPUESTOS
Consuelo Rumí explicó que, a través de esta vía, se regularizará el acceso a la nacionalidad a los descendientes de españoles, sin discriminación de sexo y sin límite de fecha de partida. Es su derecho, ilustró la secretaria de Estado, y explicó que los hijos adquieren esta condición por ser hijos de españoles, e incluso podrían transmitírsela a sus hijos, es decir, a los nietos de los españoles de origen.
El otro supuesto en el que se puede conceder la nacionalidad es para los nietos de los exiliados entre los años 1936 y 1955. Según Rumí, la fecha se fijó con el fin de abarcar el mayor volumen de emigración por causa de la Guerra Civil y del franquismo --que llega hasta 1952--.
En otros casos, como el de los residentes en países cuya soberanía obligó a los emigrantes a renunciar a su nacionalidad para recibir la del país de acogida, podrán recuperarla a cambio de perder la anterior --a causa de los convenios con ciertos países, como Estados Unidos--. En este caso, sus hijos sólo podrán acceder al pasaporte español si sus progenitores también disponen de él.
A la vista de estos supuestos, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración admitió que algún caso particular quedará sin respuesta, algo que justificó al afirmar que la casuística es muy prolija. No obstante, defendió que estas circunstancias ni siquiera empañarán mínimamente el alcance de la normativa.
DATOS DE GALICIA
En clave autonómica, la Secretaría Xeral de Emigración estima que entre 120.000 y 140.000 descendientes de emigrantes gallegos podrán obtener la nacionalidad española en virtud de la aplicación del real decreto, del medio millón que podrá hacerlo en todo el Estado español.
De este modo, la representación del censo electoral de los residentes en el exterior se elevará del 12 por ciento actual al 16 por ciento, aproximadamente; aunque el titular de este departamento, Manuel Luis Rodríguez redujo la relevancia de esta constatación para las próximas autonómicas, puesto que si los comicios son en marzo no entrará nadie y, si se celebran en junio, el número de personas que tendrán tiempo material para acceder a la nacionalidad será reducido.
En cualquier caso, celebró que la instrucción dará desarrollo al compromiso con el fin de desterrar agravios históricos con respecto a los descendientes de españoles, ya que, como nunca se había hecho, se facilita el acceso a la nacionalidad. El Gobierno podría haber optado por una vía menos ambiciosa y de menos calado, consideró, y contrapuso que en cambio, actuó con responsabilidad y generosidad.
De este modo, concluyó que el Gobierno estuvo a la altura de la responsabilidad histórica con la emigración e incidió en que ninguna otra reforma del acceso a la nacionalidad para descendientes tuvo el alcance y la trascendencia que tendrá ésta, ya que, según justificó, muchas personas perdieron su nacionalidad o no pudieron transmitírsela a sus hijos. Por ello, aplaudió que reparará varias injusticias cometidas sobre los que tuvieron que irse por la Guerra Civil.
DOS SUPUESTOS
Consuelo Rumí explicó que, a través de esta vía, se regularizará el acceso a la nacionalidad a los descendientes de españoles, sin discriminación de sexo y sin límite de fecha de partida. Es su derecho, ilustró la secretaria de Estado, y explicó que los hijos adquieren esta condición por ser hijos de españoles, e incluso podrían transmitírsela a sus hijos, es decir, a los nietos de los españoles de origen.
El otro supuesto en el que se puede conceder la nacionalidad es para los nietos de los exiliados entre los años 1936 y 1955. Según Rumí, la fecha se fijó con el fin de abarcar el mayor volumen de emigración por causa de la Guerra Civil y del franquismo --que llega hasta 1952--.
En otros casos, como el de los residentes en países cuya soberanía obligó a los emigrantes a renunciar a su nacionalidad para recibir la del país de acogida, podrán recuperarla a cambio de perder la anterior --a causa de los convenios con ciertos países, como Estados Unidos--. En este caso, sus hijos sólo podrán acceder al pasaporte español si sus progenitores también disponen de él.
A la vista de estos supuestos, la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración admitió que algún caso particular quedará sin respuesta, algo que justificó al afirmar que la casuística es muy prolija. No obstante, defendió que estas circunstancias ni siquiera empañarán mínimamente el alcance de la normativa.
DATOS DE GALICIA
En clave autonómica, la Secretaría Xeral de Emigración estima que entre 120.000 y 140.000 descendientes de emigrantes gallegos podrán obtener la nacionalidad española en virtud de la aplicación del real decreto, del medio millón que podrá hacerlo en todo el Estado español.
De este modo, la representación del censo electoral de los residentes en el exterior se elevará del 12 por ciento actual al 16 por ciento, aproximadamente; aunque el titular de este departamento, Manuel Luis Rodríguez redujo la relevancia de esta constatación para las próximas autonómicas, puesto que si los comicios son en marzo no entrará nadie y, si se celebran en junio, el número de personas que tendrán tiempo material para acceder a la nacionalidad será reducido.
