Más de 1.400 voluntarios activos colaboran con esta organización en la provincia de A Coruña, a través de sus dieciséis asambleas locales
Hace 25 años que Mercedes Casanova es voluntaria de Cruz Roja en Betanzos (A Coruña) y desde este último mes preside la organización a nivel provincial con el mismo espíritu solidario pero con más ayuda para atender las necesidades de la población, desde alimentos a facturas de luz y agua de las familias.
"Necesidades siempre ha habido, pero ahora estamos mejor organizados para atenderlas", asegura Casanova en una entrevista con Efe con motivo de sus primeros días como presidenta de Cruz Roja en A Coruña, cargo en el que ha sido ratificada por el presidente nacional Javier Senent, y para el que cuenta con un equipo de profesionales implicados y con experiencia.
Más de 1.400 voluntarios activos colaboran con esta organización en la provincia de A Coruña, a través de sus dieciséis asambleas locales, si bien próximamente se abrirán nuevas sedes para acercar su red al territorio y "que nadie tenga que hacer 25 kilómetros para ir a una oficia de Cruz Roja".
No hay tramo de edad de la población que quede fuera de su radio de acción, subraya, pues estos voluntarios atienden tanto emergencias en eventos multitudinarios como en actuaciones más individuales relacionadas con el empleo o la intervención social.
Mercedes Casanova (Betanzos, 1967) es licenciada en Derecho y forma parte de Cruz Roja desde que en 1992 accedió al área juvenil; y en 2003 fue nombrada presidenta de la asamblea comarcal de Betanzos, puesto que acaba de dejar para ocupar la presidencia provincial.
A lo largo de estos años ha observado cómo ha cambiado la juventud, que ahora está "más sensibilizada con la participación voluntaria", una actitud que atribuye a que los jóvenes de hoy en día "están más concienciados de lo que pasa en su entorno".
El ocio y el tiempo libre, y la sensibilización en cuestiones de salud o medioambiente, centraban hace dos décadas las tareas de los voluntarios de Cruz Roja en A Coruña, que en la actualidad tratan de paliar problemas distintos, más relacionados con la falta de empleo y a veces con el abandono escolar prematuro.
"En aquel momento yo no trabajaba con jóvenes en dificultad social, como ahora, que trabajamos más ese ámbito", explica Casanova, que cita el empleo como "el eje vertebrador de cualquier solución que se tenga que dar en un caso de dificultad".
El 38% de los coruñeses que acuden a Cruz Roja lo hacen para demandar ayudas para el día a día. Según sus datos, en 2014 esta organización entregó alimentos a 714 familias, además de 2.300 kits de higiene y alimentación infantil, asumió el pago de facturas de luz y agua de 200 familias y entregó material de primera necesidad a 1.600 personas.
"Hace 25 años no teníamos una visión de las necesidades como ahora; ahora tenemos más conciencia de estas necesidades. Antes considerábamos que con proporcionar ayuda de alimentos era suficiente y hemos mejorado toda esta atención a las personas para hacerlo de una manera más integral", sostiene la presidenta de Cruz Roja, técnica de comunicación y proyectos en una entidad supramunicipal de la provincia.
Por definición, estos voluntarios ejercen la función de auxiliar a los poderes públicos y por ello están siempre a disposición de las administraciones "para llegar a donde ellas no pueden", por lo que existe una "relación muy estrecha" entre los servicios públicos y los voluntarios de Cruz Roja para colaborar en diversos campos, tanto sociales como, en concreto, los planes de empleo.
