El movimiento laboral entre comarcas, olvidado

Convienen todos los expertos que las políticas de empleo tienen que ser propositivas. Cuando una persona se queda sin trabajo y se acerca a la oficina de empleo, lo único que se recibe es un registro. No existe un diagnóstico y una orientación para que pueda continuar su vida laboral.
Durante el Gobierno bipartito se realizaron los pactos territoriales, con 15 grandes zonas para hacer apuestas de empleo locales tras examinar cómo eran los movimientos de los trabajadores entre los concellos.

Estos pactos territoriales se pergeñaron en función de las personas que se desplazan de un municipio a otro para trabajar. Pero el Gobierno de Feijóo los suprimió exclusivamente por un problema de índole representativa; porque no los había diseñado este ejecutivo. A nivel territorial hay que apostar por medidas de este estilo y por sectores estratégicos. Resulta increíble que el rural esté perdiendo trabajadores en época de crisis, cuando suele ejercer de refugio. La comarca de Valdeorras, por sus peculiaridades, se diseñó como en una sola zona tras hacer un análisis de las situación, una planificación estratégica y un plan de empleo. Era el pacto más pequeño, con 21.000 habitantes.

Pero llegó el Gobiermo de Núñez Feijóo y decidió que Valdeorras se uniese a Verín cuando no existe una gran red de comunicación que facilite la movilidad entre ambos. Resultaría difícil encontrar a una sola persona que viva en la zona de Valdeorras y trabaje en Verín o viceversa. Otro caso similar sucedió al unir Bergondo, cercano a A Coruña y en el anterior pacto, ahora con Melide.

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