El aeropuerto busca nuevos vuelos y alternativas para afrontar el futuro

Peinador corre el riesgo de perder su categoría

La polémica que se ha abierto sobre el aeropuerto de Vigo va más allá de una simple trifunca política porque la caída de pasajeros en Peinador hace peligrar su categoría.
En la actualidad es de Grupo IV, es decir, los aeropuertos con un tráfico superior a 500.000 e inferior a dos millones de pasajeros al año. Las proyecciones apuntan que este año cerrará con 600.000 y en los últimos cinco ha caído un 41%. De mantenerse el ritmo de decrecimiento existe un riesgo real de producirse un descenso de categoría, lo que supondría una reclasificación al Grupo V y la consecuente reducción de los horarios a un máximo de 708 horas al año.

El informe achaca en buena parte la reducción de pasajeros y de líneas y frecuencias a la falta de apoyos. En los últimos dos años la Xunta de Galicia únicamente mantuvo las ayudas al aeropuerto de Santiago, dedicando más de un millón de euros como ayuda directa a la compañía Ryanair, si bien mantiene de igual forma convenios de patrocinio publicitario con otras compañías aéreas. En los últimos nueve años ha destinado 9,7 millones al aeropuerto de Santiago, 3,2 al de A Coruña y 2,9 al de Vigo y este año nada.

Recuperar la ruta Vigo-Bruselas e implantar el Vigo-Múnich son las propuestas internacionales dentro del plan para el aeropuerto de Peinador que el alcalde de Vigo presentará en el próximo pleno, que se ha aplazado de mañana lunes al día 5 de agosto por el duelo por las víctimas del tren de Santiago.

El alcalde, Abel Caballero, ya había adelantado hace unos días que su plan para Peinador incluía potenciar las rutas con Madrid (Iberia Express y Air Europa) y Barcelona (Vueling) e incluir rutas transversales con Bilbao, Valencia, Alicante, Málaga, Sevilla, Baleares, Palma de Mallorca, Ibiza, Menorca y Canarias en un plan con Volotea a cuatro años. Pero su plan también tiene un componente internacional al querer potenciar la ruta a París (Air France), clave en Vigo por la planta de PSA Peugeot Citroën; recuperar el vuelo a Londres, también el de Bruselas y abrir, en el medio plazo, una ruta a Múnich, que garantice la conectividad de la ciudad con el mercado alemán.

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